VIDEO. Calles hostiles: la inseguridad gana espacio en la Ciudad

Los motochorros representan una de las modalidades del hampa más difíciles de combatir y están desatados en distintos barrios platenses. También es creciente la preocupación por las entraderas y otros episodios graves

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En la Ciudad, los vecinos se muestran desamparados ante el embate de la delincuencia. No importa el barrio ni la hora. El solo hecho de tener que salir a la calle siempre implica un riesgo desmedido.

Situaciones de la vida cotidiana como pasear un perro, tener que sacar el auto del garaje, ir de compras y, hasta baldear la vereda, pueden servir de “pista de aterrizaje” para aquellos que hacen del hampa un estilo de vida. Y muy redituable por cierto.

Se sabe que el constante reclamo de una mayor presencia policial, desnuda una realidad compleja, de muy difícil abordaje, sobre todo para la Policía, que parece no poder brindarle a la gente las respuestas que necesita.

La Plata tiene un vasto territorio, con una superficie rural que complejiza cualquier programa de seguridad.

“El sistema de cuadrículas hace agua y los chorros lo saben”. Esta descripción, terrible, es una de las más escuchadas en cada reunión vecinal y marca cómo los ladrones se mueven a espaldas de los patrullajes.

“Tienen todo medido. Los horarios en que pasan los móviles, los lugares. Absolutamente todo. No dejan nada librado al azar. Y por eso casi siempre escapan”, se quejan en esos encuentros.

Por ejemplo, los motochorros, por la particularidad de su accionar, son difíciles de combatir.

A diferencia de cualquier vehículo pesado, pueden acelerar a fondo en pocos metros, virar el sentido de fuga en segundos, subirse a la vereda y hasta circular en contramano.

Por ejemplo, anteanoche, se reportó otro grave episodio en la zona de 10 y 60, donde dos delincuentes a bordo de una moto sorprendieron a dos jóvenes que estaban por ingresar en una vivienda.

El terrible momento quedó filmado por una cámara, que colocaron los propios vecinos cansados de los robos.

Tal como se puede apreciar en las imágenes, los damnificados fueron sorprendidos de espaldas y, ante la inminencia del ataque, les nació de manera espontánea una reacción defensiva.

Sin embargo, pese a que salieron corriendo, los asaltantes los acorralaron rápidamente y, con el inconfundible lenguaje de las armas, le sacaron los objetos de valor que llevaban encima.

El hecho volvió a causar enorme malestar de los frentistas, que indicaron que “conviven a diario” con este tipo de actos delictivos.

Las víctimas quedaron en estado de shock, aunque al menos no sufrieron heridas.

En Los Hornos, en tanto, se produjo otro episodio parecido.

Fue en 142 y 67 cuando atacaron a dos menores que caminaban por el barrio.

“Los apuntaron con armas de fuego y los saquearon”, expresó un testigo de lo sucedido.

Al parecer, el botín se conformó con unos pocos pesos y los teléfonos celulares.

“Este tipo de hechos son habituales y acá estamos en una zona liberada”, agregó el mismo vocero.

En Tolosa, por su parte, se viene denunciando una seguidilla de ataques en las calles 116 entre 530 y 531.

Hablan de robos de motos y también de las tapas de metales de los desagües, lo que constituye un peligro de potenciales accidentes.

EN POBLADO Y EN BANDA

Claro que la de los motochorros no es la única modalidad delictiva que atraviesa a la Ciudad, ya que existen otras bandas más pesadas, que se dedican a las entraderas, entre otros hechos graves.

Se trata de grupos numerosos y muy violentos, que no dudan en poner de manifiesto sus despiadados métodos con tal de cumplir el objetivo deseado.

Golpes, amenazas, simulacros de fusilamiento y hasta torturas, están siempre dentro del menú que “ofrecen” a sus víctimas. Y también pueden recurrir al uso de las armas.

No hace mucho tiempo atrás, cuando se hablaba de grupos numerosos de delincuentes, era para graficar ataques a bancos, empresas, comercios de envergadura o predios rurales, que incluían logística, armamento sofisticado e información confidencial.

En cambio, ahora parece que esta expresión delictual aplica además para las casas de familia, situación que genera mucho nerviosismo entre los platenses.

Como expresiones de tanta locura, podemos recordar el reciente asalto a una jubilada en Barrio Jardín, a la que casi le amputan una falange, o el falso allanamiento en Altos de San Lorenzo, donde sorprendieron a una pareja, a una amiga y a varias menores de edad.

 

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