Otro dólar, el avance de la sequía y la inflación
Edición Impresa | 21 de Octubre de 2022 | 01:26

Luis Varela
eleconomista.com.ar
Con despliegue de información muy puntillosa, los expertos en comercio exterior afirman que la Argentina ya tiene en funcionamiento 18 tipos de cambios diferentes y adelantan que tanto Sergio Massa como su viceministro Gabriel Rubinstein están trabajando en la creación del dólar número 19, para permitirle a través del nuevo sistema de importación a las pymes que necesiten insumos acceder a un dólar también beneficioso, que termine apagando aún más las reservas del Banco Central.
Al mismo tiempo, desde la presidencia Alberto Fernández empuja al ministro de Economía para que lance ayudas para los que están más desprotegidos, en un país en el que el Indec acaba de informar que en septiembre una familia de cuatro integrantes necesitó de $128.214 para no ser pobre. En la misma línea Pablo Moyano tuvo otra audiencia en Trabajo, donde no hubo acuerdo, se postergó todo para dentro de una semana, pero advirtió que si el tema no alcanza una solución podrían decretarse medidas de fuerza. Y, como siempre hace, culpó “a los cinco empresarios vivos de siempre que no paran de remarcar “ (al tiempo que fustigó a algunos periodistas).
Particularmente, desde la cabeza de Cristina Kirchner, desde La Cámpora y desde casi todo el arco gremial culpan de la inflación a la remarcación excesiva que hacen los empresarios. Ninguno piensa en la escasez de oferta de productos y en la abundancia de pesos para comprar menos elementos en las góndolas. Y como movimiento inicial de una sequía que castigará fuerte a la inflación en el verano, empezaron a llegar a las verdulerías productos con precios con subas de más del 40%, entre ellos las papas y, como botón de muestra un verdulero le dijo a sus clientes: “El kilo de morrón rojo ya está a $ 1.200, y prepárense porque con la sequía todo se va a ir todavía más arriba”. ¿Qué hará Moyano ante esto? ¿Cruzará los camiones en las puertas de los miles de quinteros?
Con todo este movimiento, y sin que el Gobierno concrete ninguna de las promesas que hizo (bajando el gasto público para poner las cuentas en orden), el Presidente dijo que hay que seguir impulsando la economía para que el crecimiento no se detenga. Y, frente a eso, la abulia de los inversores sigue en la misma dirección: el Gobierno intervino para frenar los dólares financieros libres, el blue siguió escalando, los bonos se debilitaron, el riesgo país volvió a subir y la Bolsa de Buenos Aires repitió bajas, con volúmenes cada vez más reducidos.
Esta rotonda en la que está encerrada Argentina desde hace casi diez años se está dando en este momento con cifras nada tranquilizantes en el exterior. Hubo varios datos negativos: la inflación inglesa fue del 0,5% en septiembre y llegó al 10,1% (con la “core” muy alta). La inflación de Canadá también está trepando. Aparecieron datos malos de viviendas nuevas en EE UU porque las tasas hipotecarias están trepando. El presidente Biden entrega petróleo de reserva, pero el barril de crudo volvió a subir. Los analistas estiman que la FED en noviembre suba la tasa corta en 75 puntos básicos y con eso las tasas largas norteamericanas se estiraron todavía más.
El súper dólar global
Lo particular del súper dólar global, es que el tipo de cambio oficial argentino se sigue atrasando contra la inflación. Tenemos un súper peso oficial con 19 tipos de cambio no tan atrasados, pero con un dólar blue que tiene todo el campo propicio para acercarse al dólar Qatar, que ya arañó los $320.
Pero la idea que va avanzando en los mercados es que la inflación global va a demorar en bajar y que la recesión se va a ir sintiendo cada vez más, de manera despareja, en diferentes sectores.
Pero si se quiere encontrar un consenso, puede decirse que al menos la primera parte de 2023 no se ve mejor que el malísimo 2022, y que los países débiles como Argentina no tendrán un viento de cola que las favorezca.
“Ninguno piensa en la escasez de oferta de productos y en la abundancia de pesos para comprar menos elementos en las góndolas”
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