“Drácula”: la despedida de un emblema que se animó a romantizar al vampiro

“Drácula, el musical”, quizás la producción teatral argentina más exitosa de todos los tiempos, se despide del público porteño con tres funciones en el estadio Movistar Arena, un escenario de gran envergadura que da cuenta del fenómeno en el que, desde 1991, cuando debutara en el Luna Park con producción de Tito Lectoure, se ha convertido el monstruo creado por Pepe Cibrián y Ángel Mahler.

“Más que un musical yo diría que es un evento porque si te ponés a pensar, ¿qué musical puede llegar a hacer un estadio para 11 mil personas? Yo creo que ninguno”, analizó Mahler, en diálogo con EL DIA.

Y Mahler, que además de compositor es director musical y también productor, no habla desde la “vanidad”, según aclaró, sino “desde una realidad” fácilmente comprobable: desde su estreno hace 31 años en el estadio de Corrientes y Bouchard, la obra realizó cinco temporadas en el mismo recintoo, una temporada en el teatro Roxy de Mar del Plata, una más en el teatro Del Lago en Villa Carlos Paz, dos temporadas en el teatro Ópera de Buenos Aires, otras dos en el teatro Astral y cinco giras nacionales. Y este año, tras superar un impasse que la dupla creativa tuvo hace unos años, volvió a los escenarios para despedirse.

Originalmente, el adiós iba a ser con diez funciones en el Luna Park, que se llevaron a cabo en abril y con entradas agotadas. Sorprendidos por el furor que, otra vez, el musical había suscitado en el público (tiene fans que entonan tipo cancha alguna de sus canciones más representativas), y que hizo volver a sus creadores a sentir el suceso de sus inicios, la obra salió de gira una vez por más el país (pasó, incluso, por La Plata) y ahora está lista para debutar en el Movistar Arena con presentaciones previstas para este jueves, viernes y sábado. Los tickets para esta producción, que cuenta con reposición de la original de Hernán Kuttel, se adquieren en Entrada Uno.

Tito Lectoure, Pepe Cibrián y Angel Mahler, en 1991

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Para Mahler, el gran éxito de su criatura radica en “cómo está contada su historia”, con influencias operísticas pero con mucha “vertiginosidad”; con el agregado de haber romantizado a un personaje originalmente oscuro: un vampiro, un chupasangre. “Ninguna de las versiones que se han hecho sobre ‘Drácula’ ha tenido una faceta romántica: ese es nuestro aporte a la historia de Bram Stoker”, admitió el autor. “Siento que es un gran aporte a lo que es la historia de ‘Drácula’ y que recién tuvo una mirada parecida con la película que, después de nuestro estreno, estrenó Coppola”, agregó.

Con una orquesta de treinta músicos en vivo y cincuenta artistas en escena entre actores, cantantes y bailarines, muchos de los cuales formaron parte del elenco original -Juan Rodó (Conde Drácula), Cecilia Milone (Mina), Laura Silva (Nani) Pehuén Naranjo (Van Helsing) y Karina Levine (la Condesa), entre más-, “Drácula, el musical” narra el viaje de Jonathan Harker a Transilvania para entregar las escrituras de las propiedades compradas por el conde Drácula en la ciudad inglesa de Whitby. Una vez allí, Harker se topará con los peligros del lugar. Por otra parte, Mina, la prometida de Harker, resulta ser la reencarnación del antiguo amor del conde Drácula hace 500 años. El conde trazará un ambicioso plan para ir en su búsqueda y recuperarla, pero finalmente decide dejarla libre y sacrificar su inmortalidad.

UN ÉXITO SIN EDAD

Aunque hay artistas que se pasan la vida tratando de alcanzar un éxito que los identifique, no son muchos los que pueden darse ese lujo. Mahler lo tuvo a los 31 años. ¿Cómo se vive, como joven artista, después de un éxito semejante? ¿Se busca superarlo? ¿Se vive un poco a su sombra? Aunque con Cibrián han dado luz a otros sucesos ( “Las Mil y una noches”, “Otelo”, “El Jorobado de París”, “Dorian Gray, el retrato” y “El Fantasma de Canterville”), ninguno fue tan emblemático como este que, de cierta forma, impulsó al género musical en nuestro país, despertó vocaciones y contagió el entusiasmo para la apertura de escuelas de formación artística, sigue tan vigente como entonces.

“Lo principal es aceptar que esto es único y después uno intenta seguir componiendo, porque la vida continúa, de la mejor manera posible. Pero, de la misma manera en que yo no busqué que esto fuese un éxito, yo sigo componiendo con el mismo entusiasmo de siempre. Entonces, no tiene que ver con una búsqueda comercial”, respondió Mahler.

Tampoco, dijo, tiene que ver con la edad: “Lo podría haber hecho a los 20 o a los 80, da igual. Para mí no es importante cuándo Shakespeare escribió ‘Romeo y Julieta’ o cuándo Beethoven escribió la Quinta Sinfonía. La obra de arte no tiene época, no tiene edad: cuando nace, nace”.

Ángel Mahler, Compositor, director Y productor

Para el compositor, que excepto una vez en la que le prestó la batuta a su hijo Damián para una función especial (era su debut en la dirección) condujo la orquesta de todas las funciones que se han dado de “Drácula, el musical” en el país y más allá (ha girado por España, Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay), se trata de una de esas piezas que van más allá todo.

“La obra nos va a trascender porque está muy bien contada”, remarcó el director que, a más de tres décadas de su creación, confesó que “no le cambiaría ni una nota porque es perfecta como está”.

Orgullosos de su creación, Mahler logró zanjar las diferencias con pepito, con quien creó un marca del musical argentino, “una obra que es muy simbiótica como música y letra”, una característica que aporta al éxito general.