Tronador II: científicos platenses en el lanzador espacial

El reimpulso del proyecto Tronador con una inversión del Gobierno cercana a los mil millones tendrá en La Plata un puntal central. En la Facultad de Ingeniería comenzó a armarse ya un equipo de ingenieros, becarios y especialistas en diversas disciplinas para aportar en el diseño, desarrollo de materiales y proceso productivo de componentes para el nuevo lanzador espacial.

A más de cinco años de su ultimo lanzamiento experimental, el Tronador volvió cobrar protagonismo este lunes luego de que la Comisión Nacional de Actividades Espaciales y la empresa VENG firmaran un contrato por un monto de 9.730 millones de pesos parar avanzar en el desarrollo del lanzador argentino de satélite

De unos 28 metros de largo y 2,5 metros de diámetro, el Tronador II es un lanzador de dos etapas con un empuje de unas 120 toneladas al despegue con el que Argentina aspira a poner en órbita sus propios satélites y prestar ese servicio a otros países de la región, algo de la que solo diez países son capaces hasta hoy.

Con esta meta, el Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) de la Facultad de Ingeniería llevará adelante trabajos de asesoría técnica para la Comisión Nacional de Actividades Espaciales y la empresa VENG, una firma constituida con participación estatal mayoritaria que desde hace quince años se especializa en la actividad espacial.

“Argentina es pionera en el desarrollo aeroespacial en nuestra región. Nuestro recurso humano es extraordinario. Recurso que es fruto de una educación pública de excelente calidad. Lo veo en mis alumnos y alumnas en la Facultad de Ingeniería desde hace más de 30 años”, expresó ayer el decano de ese centro académico, Marcos Actis, quien además dirige el Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) en la UNLP, preside VENG y es miembro del directorio de la CONAE.

A partir de un convenio de cooperación entre la UNLP y VENG, la Facultad brindará actividades de apoyo de ingeniería para el proyecto Tronador.

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“Haremos trabajos de asesoría técnica tanto para la empresa como para la CONAE en temas de desarrollo y diseño. En el CTA se está armando nuevamente un equipo integrado por ingenieros, becarios y muchos especialistas para desarrollar diferentes temáticas de índole aeroespacial. Se van a desarrollar componentes, diseños conceptuales, preliminares y de detalle, además del desarrollo de materiales, procesos productivos y calificación de componentes entre otros”, contó el director del Departamento de Ingeniería Aeroespacial de la UNLP, Juan Sebastián Delnero.

Delnero, que es responsable técnico del convenio de cooperación junto al director del Grupo de Ensayos Mecánicos Aplicados (GEMA), Pablo Ringegni, afirmó que el nuevo convenio es una continuación de otro firmado hace un año cuando se iniciaron las tareas preliminares para hacer resurgir el proyecto.

“En estos convenios las tareas son multidisciplinarias. Participan ingenieros aeronáuticos, aeroespaciales, mecánicos, electromecánicos, civiles y electrónicos, entre otros. Estamos muy contentos y con ganas de poder aportar, de colaborar con estas actividades”, manifestó.

La participación platense podría a impactar de manera positiva sobre otras actividades en la Región.- Como señaló Actis, “está demostrado que la actividad aeroespacial puede generar un efecto derrame en otras industrias, multiplicando puestos de trabajo calificados y valor agregado a la economía”.

SOBERANÍA ESPACIAL

El proyecto de desarrollo del lanzador Tronador II podría ubicará a la Argentina entre los diez países que dominan el ciclo espacial completo, lo que implica lograr la soberanía en el acceso al espacio con medios propios y desde el territorio argentino, al permitir colocar en órbita satélites de entre 500 y 750 kilogramos a una distancia de hasta 600 kilómetros de la Tierra.

Para ello, en el marco del Proyecto Inyector Satelital Para Cargas Útiles Livianas, se fabricarán primero los prototipos TII-70 y TII-150 que serán los modelos utilizados para realizar los ensayos y servirán para poner a prueba los motores que llevará a bordo el lanzador Tronador II. Se trata de tecnología desarrollada y fabricada en el país, cuyo combustible es oxígeno líquido y kerosene.

En lo que concierte a las bases de lanzamiento, se planea recuperar la infraestructura necesaria para el desarrollo, manufactura, integración, ensayos y posterior lanzamiento de vehículos experimentales desde las instalaciones del paraje La Capetina, en la localidad bonaerense de Pipinas.