Gonnet, en el “pasado”: siguen el agua salada y el acarreo de bidones

Ana retira 4 bidones de agua tres veces por semana de la Delegación de Gonnet. Cada mes paga una factura de Absa de $1.800, pero asegura que el agua que le llega por red no es apta para el consumo. “Esto es una vergüenza total, hace 8 años que en casa no tenemos agua, ni tampoco tienen mis padres”, afirma indignada la vecina domiciliada en 492, entre 15 y 15 bis.

Cada día la rutina de Ana se multiplica por cientos en un amplio sector de Gonnet, en el área de Villa Castells. O miles: la obra que hace falta para tener un servicio básico tiene un universo de 30 mil usuarios.

La mujer asegura que es diabética y que tiene una hija con problemas de salud, por lo que ninguna puede exponerse a tomar el agua que sale de la red.

“Yo uso esta agua hasta para hacer los fideos, tengo autorizados 6 bidones por semana y una cantidad igual le llevo a mis padres que son mayores y no pueden venir”, agrega.

El problema no es nuevo, empezó en 2014 cuando los vecinos comenzaron a percibir que el agua tenía un gusto salobre. El caso, impactó en la Ciudad que tiene entre sus marcas de origen el aspecto sanitario, en el diseño e instalaciones.

Entonces, se tomaron muestras, y se detectó que contenía cloruro de sodio en niveles que convertían el agua en no apta para el consumo.

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La lucha vecinal por el agua potable también se expuso en la Justicia. En 2019 un tribunal de Faltas municipal ordenó a la prestataria no cobrar la factura hasta tanto suministrara agua apta para el consumo humano, pero la Suprema Corte consideró que el organismo carecía de competencia para intervenir en un pleito entre los usuarios y la empresa provincial.

También se ordenó suministrar agua potable a los damnificados. Se dispuso que se dieran bidones y se colocaron tanques en las delegaciones de Gonnet, Villa Castells y la República de los Niños.

Desde el lunes pasado se modificó el punto de entrega de bidones a usuarios de una zona de Gonnet en el horario de la tarde. De lunes a viernes por la mañana (9 a 11), sigue la entrega de bidones en los centros comunales de Gonnet y Villa Castells. Ahora, como novedad, se agregó una nueva locación en calle 15 y 501, donde los vecinos acceden a los bidones de lunes a viernes, de 13 a 15.

Esa asistencia alternativa de agua potable es para los usuarios que acrediten residencia en la zona delimitada por las calles que van de Camino General Belgrano a Camino Centenario; y de 496 a Arroyo Rodríguez. Mientras que en Villa Castells, la zona asistida corresponde a la comprendida por las calles 485 y 505; y de 2 a 13.

En ese punto, en el que se encuentra el tanque de agua de Gonnet, la concurrencia es incesante en las primeras horas de la tarde.

A cada uno se le solicita el documento antes de permitirle hacerse de los bidones con agua. Si no se acredita la residencia no hay entrega.

“Me llevo dos bidones de agua por día porque en casa no sale ni una gota y no puedo comprarla”

Elisa Fucilieri, 502 entre 3 y 4

“Es una vergüenza total tener que venir a buscar agua cuando pagamos facturas de 1.800 pesos”

Ana, Vecina de 492 y 15

En el mismo sentido, se anticipa que todo vecino que no acredite residencia en las áreas indicadas, quedará excluido de la entrega.

Elisa Fucilieri es otra de las vecinas que va periódicamente a buscar agua. “Me llevo dos bidones por día porque de casa no sale ni una gota y no tengo medios para comprar tantos litros”, cuenta la mujer, mientras intenta balancear en su moto los dos bidones que le acaban den entregar.

“También llevo para mi hija, es ciega, vive en 7 y 507, en el barrio AMEP y tampoco tiene nada de agua”, asegura.

En esa gimnasia cotidiana de buscar agua también se establecen acuerdos entre vecinos que van juntos. Ese es el caso de Leonardo y Manuel Padilla, ambos de Villa Castells, de la zona de 11 y 497.

“Vengo dos veces por semana y en cada oportunidad me dan dos bidones de 8 litros de agua cada uno; por más que pago por el servicio, no tengo agua potable para el consumo”, apunta. En su casa es esencial contar con esos bidones, ya sea para beber o para cocinar.

Algo similar le pasa a Manuel Padilla, en su hogar son tres personas y racionan todo lo que pueden el uso del agua porque la que sale de las canillas no les resulta confiable.

Aunque muchos vecinos parezcan acostumbrados a la situación, en cuanto se detienen a pensar los años que llevan sufriendo por un servicio inadecuado, surge la indignación: “Denuncio los atropellos de Absa que nos cambió el lugar para ir a buscar los bidones; además pagamos fortunas por el servicio”, asegura Miriam, vecina de 10 y 491, Villa Castells.

A diario, se concentra en esa delegación medio centenar de usuarios a la espera del “desembarco” de bidones.

Como se recordará, la realización del Acueducto Norte - ver aparte - tuvo por finalidad fortalecer el sistema de distribución de agua potable. De acuerdo a los datos de la empresa la longitud es de 9.200 metros; el diámetro: 400 mm PVC y los beneficiarios estimados son 30 mil vecinos.