Calor, apagones y falta de agua, una combinación que debe preocupar a la Ciudad

No se revela ningún secreto si se señala que la estructura del servicio eléctrico en la Región sufrió décadas de desinversión, sucediéndose desde hace muchos años numerosos cortes de luz, caídas de tensión o apagones que originan emergencias críticas para la población. Y este último accidente es el que se registró el jueves cuando un corte de luz afectó, en la hora de más calor -cuando los acondicionadores de aire funcionaban a pleno en esa tórrida jornada- a un amplio sector de la Ciudad y su periferia.

Además de los miles de televisores, computadoras, ascensores y artefactos eléctricos, también se apagaron los semáforos, algo que generó congestiones y riesgos en el tránsito. Poco después, la empresa Edelap adjudicó el problema a una falla en una línea de alta tensión.

Tal como se detalló ayer en este diario, el apagón duró algo más de cuatro horas. Se inició aproximadamente a las 12.40 y según la empresa a las 17 se había restituido el servicio eléctrico a la totalidad de los usuarios afectados.

El episodio había obligado al rápido empleo de grupos generadores de electricidad, entre otras medidas que debieron adoptarse, como la de convocar a los bomberos para superar algunas situaciones potencialmente peligrosas.

Uno de estos casos se presentó en el edificio de la Legislatura, en donde causó alarma la aparición de una columna de humo, en una situación que quedó despejada a partir de la presencia de una dotación de bomberos del Cuartel Central.

Cerca de allí, en la zona del Teatro Argentino, también se encendió la alarma por una emergencia con un equipo de generación de electricidad en un hotel, pero la situación quedó superada.

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Mientras tanto, cronistas de este diario corroboraron que el apagón se extendió a lugares tan alejados como Villa Elvira, Tolosa, la zona de Los Hornos y hasta barrios de Berisso, sumándose después otros barrios y localidades.

En ese contexto, desde el área de Defensa Civil de la Municipalidad se indicó que los problemas con la provisión de agua potable derivaban del corte de energía eléctrica en el tendido público, al que están conectadas las bombas de la prestataria del servicio sanitario, ABSA.

En realidad, si hubiera que poner algún acento en la situación vivida, debiera hablarse del potencial problema que plantea en estas jornadas de calor la provisión de agua.

Según testimonios calificados, la intensa sequía reinante está causando una ostensible descenso de las napas en muchas zonas del distrito.

Se sabe, por cierto, que la red pública de suministro de agua domiciliaria también utiliza el aporte de pozos bombeadores.

La historia reciente y también la que se remonta a muchas décadas atrás reúne suficientes antecedentes sobre las etapas críticas que vivió la Ciudad, a partir de apagones que fueron prolongados y que afectaron gravemente al servicio de agua.

En el último gran corte, causado por una avería detectada en City Bell, sobre el camino Centenario, se verificó que toda la zona Norte de la Ciudad estaba siendo abastecida por un solo cable eléctrico.

Sobre ese problema, se advirtió en esta columna que “ningún sistema moderno funciona de esa manera. Normalmente la técnica indica que al centro de distribución deben llegar cables alimentados desde dos fuentes distintas, porque de lo contrario es muy probable que pueda ocurrir una falla que causará los inconvenientes que sufrieron miles de platenses”.

De todos modos, pese a que muchas de las deficiencias puedan provenir de omisiones pasadas, esa realidad no exime a Edelap de la responsabilidad de garantizar un suministro eléctrico constante y confiable a nuestra zona.

Asimismo, resulta imperativo que la Ciudad cuente con un sistema de defensa civil eficaz y multidisciplinario, para enfrentar estas emergencias cuya potencial gravedad reclamará siempre respuestas efectivas y rápidas.