Buscan garantizar acceso de perros guía a comercios y en el transporte

Santiago Delgado, 38 años, empleado administrativo de la Fiscalía de Estado, tuvo inconvenientes para viajar con su perro guía “Berlín”, desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a La Plata. Su caso trascendió, se viralizó y generó un pedido legislativo para que se cumplimente con las normas vigentes y se respeten los derechos de las personas con discapacidad visual.

Delgado también tuvo inconvenientes para ingresar en un supermercado del microcentro platense, por la misma situación, no lo dejaron entrar al local con el perro guía para hacer las compras de distintos productos que necesitaba.

Según se desprende de un proyecto legislativo que se presentó días atrás, hay una ley provincial de adhesión a la ley nacional sobre el uso de perros guías que aún falta reglamentar y está trabado un expediente en la misma Legislatura bonaerense, que propone a los perros guías como sujetos de derecho.

Según contó Delgado a este diario, en el caso del micro de media distancia, el chofer no permitía que viaje Santiago con el perro por “temor a que atacara a algún pasajero”. La tensa situación derivó en una discusión entre otros pasajeros y el conductor del autobús, a tal punto que el chofer habría mencionado que “la Ley Nacional que permite el viaje con perro guía a personas con dificultades visuales no regía en el micro”, según contó Delgado, quien agregó que el conductor le pidió que él fuera a buscar al supervisor de la empresa, lo que desató un clima de tensión aún mayor.

Luego de los cruces verbales, el perro se echó en el piso y viajó entre las piernas de Santiago y de una pasajera que estaba al lado.

“Creo que es por falta de conocimiento por parte del chofer. Le dije que iba a tener más complicaciones si me hacía bajar a que si seguía el viaje”, contó Delgado, quien añadió que “podemos acceder a todas partes, menos en un quirófano”.

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Delgado, comenzó a usar un perro guía desde hace poco más de un mes, cuando su vista comenzó a complicarse aún más.

“En el caso del supermercado fue algo similar. Allí fueron más tajantes y para no generar mayores problemas, me retiré en ese momento”, agregó.

Su situación llegó a la Cámara de Diputados bonaerense, donde se presentó un proyecto para que se realice una campaña de difusión de la legislación vigente que garantiza a toda persona acompañada de un perro guía o de asistencia el derecho al acceso y permanencia en lugares de acceso público y a los servicios de transporte público.

La ley nacional 26.378 establece principios y obligaciones sobre la discriminación, accesibilidad y autonomía, entre otros, por los que el Estado debe bregar. Y la ley nacional 26858, busca reglamentar el uso de animales guía como asistencia de las personas ciegas o disminución visual. La provincia adhirió a esa normativa por la ley 14964 pero aún no ha sido reglamentada, lo que implica la falta de designación de la autoridad de aplicación de la norma. En tanto, tiene media sanción del senado el expediente e98/22-23, que propone a los perros guía como sujetos de derecho y establece multas para los establecimientos públicos o de uso público que no garanticen el ingreso de las personas con discapacidad que llegan acompañados.

“La asistencia de un perro guía es una herramienta que le da autonomía para trasladarse por espacios públicos y privados. Los perros son especialmente preparados. Reconocen y evitan obstáculos, buscan puertas de acceso, asientos libres en transportes públicos y tienen iniciativa para encontrar la mejor alternativa de paso en situaciones comprometidas”, dice el proyecto presentado por el legislador Claudio Frangul.

Además, los perros de asistencia son requeridos por dar una alerta médica a personas con epilepsia o diabetes, como así también para cuidar la integridad física de personas con una condición del espectro autista.

Lelio Sánchez, quien es presidente de la Asociación Civil Trabajando por una inclusión verdadera y autónoma, dijo a este diario que casos como el de Delgado deben encender el debate público y la difusión masiva de los derechos de la discapacidad. Puntualmente, por el caso de los perros guía, pero también por los derechos en general de la gente que tiene cualquier otra persona con diversas discapacidades”.

Con el perro guía se puede entrar y permanecer en establecimientos gastronómicos, restaurantes, locales comerciales; oficinas del sector público y privado; lugares de ocio y tiempo libre, clubes deportivos, centros culturales; establecimientos de enseñanza pública o privada, establecimientos religiosos: centros sanitarios y asistenciales: hoteles, albergues, campamentos, apartamentos, balnearios, campings y establecimientos en general destinados al turismo; transporte de pasajeros y a las áreas de uso público en las terminales o estaciones y cualquier otro lugar, local o establecimiento público y privado de acceso público. Con respecto al transporte público, siempre según la ley 26.868, quienes usan perros guía tienen prioridad de reserva del asiento más adecuado, con mayor espacio libre o al lado de un pasillo, según el medio de transporte de que se trate. La autoridad de aplicación es la Agencia Nacional de Discapacidad.