Crece la reacción por el descontrol de las motos

Así como reaccionan desde hace algunas semanas en una de las puntas de El Mondongo (en un área que va de Plaza Matheu hacia 120 y 72), lo que se describe como una especie de infierno nocturno por el estruendo de los motores de movilizaciones de motos, se va extiendo hacia otros puntos de la Ciudad, como El Bosque o la Plaza Malvinas, donde empiezan a temer que el verano consolide una temporada de noches en vela y ya planean un encuentro de damnificados de diversas zonas.

A las quejas del sureste del Casco, ahora se suman las de la zona de Plaza Rivadavia (53, 51, 1 y 2), un espacio verde que está justo frente al Bosque y, según las denuncias del vecindario, funciona como acceso y vía de salida a una pista de carreras. El ruido de las aceleradas también llega hasta allí junto con música a todo volumen de las juntadas que se desarrollan, los fines de semana, dentro del pulmón verde de la ciudad.

reunión el viernes en 2 y 51

Ayer, Karina, junto a otras vecinas y vecinos recorrieron el barrio, tocando timbre en casas y departamentos, avisando que el viernes, a las 20, se reunirán en 2 y 51, para analizar cómo llamar la atención de las autoridades ante lo que describen como un cuadro de descanso imposible en las noches y madrugadas de los fines de semana.

Esa cuadra, además de un edificio de departamentos tiene dos hospitales. Según el vecindario, en las últimas semanas, se repite un escenario similar al que se presentó en pandemia, con los boliches cerrados. La cuadra, a metros de las casas y de las camas de decenas de pacientes en recuperación, se transformaban -y se transforman cada finde- en una pista de carreras y de baile.

“Este sábado había autos y motos en el Bosque. La Policía va hacia ahí, los saca y el tema es que se vienen a la cuadra de 51 entre 1 y 2. Paran y ponen parlantes a todo volumen. Las motos hacen todo tipo de piruetas y andan en contramano”, contó la vecina y añadió su propia experiencia: “Volvía de una fiesta y no podía entrar a mi casa. Les dije que quería entrar y que se fueran del lugar. Me amenazaron”.

La mujer, contó que recurrió al 911. “La policía pasa y sigue de largo”, lamentó.

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La escena también ganó en tensión en Villa Elisa, con reacciones de madrugada, desde las casas, contra los ruidos de motores a los que se suma el chirrido de las chapas contra el pavimento, mientras los motoqueros despliegan la habilidad de andar en una rueda. Una versión que corrió en estos días por la zona de la “Plaza Luis Castells” indica que hasta se vio un arma de fuego en un cruce entre un vecino y un motociclista.

“Es un infierno. Tomaron el Centenario como pista. Hacen wheelie y van raspando con una chapa el asfalto”, apuntó un comerciante de la zona que pidió reservar su identidad.

En el Bosque esperan ya “un verano complicado”, con noches de calor que estimulan el uso de la moto.

En Plaza Malvinas, durante los últimos años solo tuvieron descanso en el periodo de cuarentena por la pandemia. Ayer, una vecina aseguró que cada fin de semana en el mismo martirio por los ruidos que generan las motos y las maniobras temerarias. Incluso, sobre la plaza, a metros de la oficina de Control Urbano (20 y 50).

manifestación

Ante ese cuadro nocturno, en el barrio ya planean una “movilización” de protesta hacia dependencias del Municipio, en los próximos días.

En la zona de 2 y 51 mientras convocan a sus vecinos también prevén sumar las voces de todos los barrios con la misma problemática.

El lunes, tras otro fin de semana sin descanso, un vecino de El Mondongo relataba su pesar así: “Es tremendo no poder dormir una noche durante cinco horas seguidas. Ya es una burla a la sociedad”.

“No nos dejan dormir, el ruido es insoportable y las autoridades no aparecen”, agregó otro frentista de la zona que relatan cómo padecen las aceleradas de decenas de motos y los “cortes” de sus caños de escape.

A través de llamadas por teléfono y mensajes de WhatsApp, varios fueron los que reclamaron la atención de las autoridades, “los que tienen que ordenar la sociedad”, se señaló.

“El viernes y el sábado pasaron como 25 juntos, todos con los caños de escape que tronaban sin parar. Es un infierno y el intendente no hace nada. Es una vergüenza”, se lamentó en la zona de El Mondongo.

Según comentaron los propios denunciantes, la policía no suele acudir al lugar y estos eventos representando una gran molestia. Al reclamo, enviaron videos dando cuenta de lo que ocurre en la zona en la madrugada.