Renato Rosano: cocina que estimula los sentidos

La cocina de Renato Rosano tiene inspiraciones de muchos de los restaurantes top europeos en los que trabajó, pasadas por el tamiz de sus raíces italianas. Visitar su almacén cualquier día de la semana es encontrarse con unas pastas con tuco, tartas de vegetales de la zona, pero también con un arroz negro con chipirones o carnes con alcauciles y queso de cabra. “Abrebocas”, su almacén de comidas de Gonnet, es su lugar en el mundo, el que lo mantiene cerca de su familia y desde donde se permite crear sin límites.

El mismo armó la reluciente y amplia cocina que habita en camino Centenario entre 509 y 510. Junto a su equipo, despachan todos los días pastas, tartas, ensaladas, y los fines de semana es un éxito la “Finger Box” de la casa, que puede contener desde baos rellenos hasta sus clásicas rocas de chocolate y praliné de almendras, cerezas y cremoso de vainilla, pasando por gyozas de langostinos, coco y verdeo. Son muchos los platenses que optan por estas propuestas los viernes y sábados. Y también son muchos los vecinos de la CABA y el sur del Gran Buenos Aires que eligen los caterings de este chef que anduvo por Londres, País Vasco y Mallorca, y mantiene una fuerte amistad con Christophe Krywonis, con quien frecuentemente comparte la cocina en eventos.

Rosano permaneció 14 años trabajando en Europa, y volvió a nuestro país en 2010. En Londres, cocinó en el hotel Mandarin Oriental, y con Martín Berasategui en Lasarte, restó del País Vasco. Y vivió una experiencia junto a los hermanos Roca, en Gerona, Cataluña. En Mallorca, cocinó en el hotel Cala Sant Vicenç.

Volvió para estar cerca de su familia, y muchos platenses lo recordarán por haber sido chef del restaurante Los Fuegos de City Bell. Junto a su esposa, Marilina, tuvo tres hijos. Viven en el barrio San Carlos, a cuadras de donde hoy está Abrebocas, que además del almacén, cuenta con un salón para veinte cubiertos. Antes de abrir su propio espacio, estuvo en algunas cocinas de Buenos Aires, como la del Hyatt, en el área de banquetes.

El buen producto es la obsesión de Renato, su bandera. Es fiel a su estilo y a esa premisa: la calidad, sobre todo. El cordón frutihortícola local es un gran aliado: tomates y alcauciles; frutas de estación y también los lácteos de cercanía, son la materia prima que combina con cordero, cochinillos, codorniz y pescados para lograr platos y bocados exquisitos.

Charlamos con Renato en su cocina. Esa noche, tenía la fiesta de egresada de su hija mayor, Renata, con quien comparte nombre y color de ojos: celestes, como con su otros vástagos. Es de pocas palabras, pero precisas y siempre meditadas.

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“En todos lados veo más de lo mismo, y poca búsqueda del buen producto, pero por suerte hay algunas excepciones”

- ¿Cuándo empezaste a cocinar?

Desde chiquito siempre me gustó; cocinaba con mi abuela. Empecé profesionalmente hace mucho tiempo. Estudié en The BUE Trainers, una escuela con formación suiza de Ezeiza. Luego, mis primeros pasos fueron en un restaurante que se llamaba Katrine Retro, en Puerto Madero; de ahí pasé a Oviedo y luego fui chef en la Embajada de Suecia de Buenos Aires.

- ¿Qué experiencias te marcaron más en lo profesional?

Cuando estuve trabajando con Martín Berasategui o Joan Roca.

- ¿También trabajaste con Christophe?

Si. Llegué de Europa en 2010 y empecé a trabajar en el área de Banquetes del Park Hyatt. Después estuve en el restaurante Leopoldo y ahí lo conocí, en una cena. Nos conocimos y nació una amistad. Trabajo mucho con él. Hacemos eventos en conjunto. Es muy profesional y eso me gusta.

- ¿Cómo definirías a tu ‘Abrebocas’?

Es abrirle sentidos al placer de comer, como dice su slogan. Es darle un contexto diferente a un almacén de comidas, donde si bien hay cosas clásicas, también hay otras más vanguardistas.

- ¿Qué es lo que más te piden?

Dependiendo de la época son muy requeridas las pastas y los risottos. También sale mucho el arroz negro con chipirones y ahora es tiempo de ensaladas, arancinis, falafels, ensaladas de salmón y tartas, que hacemos de varios sabores.

- ¿Cuando van amigos o la familia a tu casa, ¿qué les preparás?

Les hago asado, un clásico, con ensalada de lechuga, tomate, cebolla morada. Sencillo y rico.

- ¿Cómo ves la gastronomía platense actual?

Veo más de lo mismo en todos lados, sin buscar un buen producto, salvo algunas excepciones... Hay pocas, pero afortunadamente las hay.

- ¿Qué proyectos tenés para 2023?

Tratar de seguir creciendo en Abrebocas y mantener la línea de lo que venimos haciendo.

- ¿Qué no puede faltar en la heladera de Renato Rosano?

No puede faltar cerveza o vino en la cava, en el invierno.