Opinan los lectores

Justicia

Horacio Fiorda, manifiesta: “Cuándo uno no puede pagar un abogado recurre a un Defensor Público o al Servicio Jurídico Gratuito de alguna universidad de Derecho. Ambos sostenidos por el Estado. Y, a cuál peor, habiendo pasado por ambos con fracasos vigentes. Una vez por zoom en más de dos años fue la única comunicación con mi defensora de la UBA, cómo ejemplo. Las Defensorías Públicas 2 y 3 (CABA) idéntico destrato e impericia y ni recuerdan que son servidores públicos o pagados por los contribuyentes. Y ante la desidia y el fracaso sentís como si la realidad te preguntará: ´¿Preferís morir ahogado o morir quemado?´ Imaginen los resultados lamentables, la bronca y el dolor de perder por los que no se inmutan te dejan en una indefensión triste y frustrante. Y ahora, quién podrá ayudarnos decía El Chapulín colorado