Una velada animada en la noche en que los comercios se duermen tarde

Además del horario de apertura comercial de un día cualquiera, en la víspera se vivió la Noche de los Regalos y la Gala de las Vidrieras, los eventos especiales que se conjugan desde hace años y que tienen lugar hasta la medianoche en los distintos centros comerciales de la Ciudad. Así quedó inaugurada la “temporada oficial” navideña, que se desarrollará, con las compras de último momento, hasta apenas unas horas antes de la Nochebuena.

La convocatoria, además de invitar a adquirir los obsequios del “arbolito” con descuentos y promociones, se matizó con propuestas gastronómicas, espectáculos, música, un desfile de modas y actividades recreativas.

Como sucede en cada previa de Navidad, el horario de atención en los comercios se extendió anoche desde las 20 hasta las 24. Acompañada la velada por un clima que no pudo ser mejor, se registró un intenso movimiento de vecinos en todas las zonas de la Ciudad con concentración de locales donde se podían adquirir regalos: en los segmentos céntricos de calle 8; calle 9; calle 12; diagonal 74; avenida 13; el bulevar de 51; diagonal 80; avenida 137 a la altura de Los Hornos; y las localidades de City Bell, Olmos, Abasto, San Carlos, Hernández, Ringuelet, Sicardi y Villa Elvira.

Gran parte de la movida que organizaron instituciones vinculadas a los diferentes centros comerciales platenses recibió, asimismo, el estímulo de rebajas que propusieron los mismos locales que fueron parte de la propuesta como así también las promociones y facilidades que lanzaron las tarjetas de crédito y los bancos. A lo largo de toda la jornada el paisaje urbano de las zonas de actividad mercantil se mostró con una gran concentración de personas que buscaban con qué agasajar a sus seres queridos, mientras que otros vecinos disfrutaban, entre compra y compra, de lo ofrecido en las mesas y las barras de los bares y cervecerías que se plegaron a la Noche de los Regalos.

La postal de la Ciudad mostró el incesante desfile de vecinos y vecinas que entraban y salían de los negocios recargados con coloridas bolsas. Esas escenas, como las de las adquisiciones en el interior de los locales, comenzaron desde la mañana, al levantarse las persianas de los comercios, y siguieron hasta llegada la medianoche.

La gala de las vidrieras

La postal clásica de los días y noches previos a la Navidad tuvo como marco los locales con sus vidrieras engalanadas; en busca sus propietarios y empleados de ser distinguidos con los premios que ofrecía el tradicional concurso y que esta vez consistió en 150.000 pesos a repartirse entre los ganadores.

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