Los edificios de la Ciudad continúan en la mira de los “rompe portones”

Los hechos delictivos en edificios ya se convirtieron en una situación crónica que tiene a maltraer a miles de propietarios e inquilinos platenses.

Los consorcios ya no saben qué medida tomar para frenar esta ola de atracos. Instalación de portones más robustos, contratación de personal de seguridad, vigilancia con cámaras de seguridad, doble llave, sensores y hasta huella digital son algunas de las herramientas que se vienen implementando para reducir la cantidad de robos.

Pese a ello, los hampones continúan con su embestida elaborando nuevos planes y estrategias para sortear los nuevos obstáculos que se les van presentando.

En las últimas horas, tres jóvenes forzaron el portón de un edificio sin mayores esfuerzos y se llevaron dos rodados que se encontraban en la zona del estacionamiento.

En los últimos meses, se sumaron varias denuncias de robos en los que se aplica el mismo mecanismo: ingresar a los edificios forzando las cerraduras con llaves maestras o clonadas, o averiando los sistemas de apertura y cierre automáticos de las estructuras metálicas. Todo con la única motivación de apoderarse de lo que esté a mano.

Esto ha llevado a que este tipo de delincuentes hayan sido bautizados en la jerga urbana como “los rompe portones”.

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Generalmente se trata de bicicletas y motos. Pero cuando se trata de robar, cualquier objeto puede incluirse en la lista de apetencias de los hampones. En ese marco, no es raro que el mobiliario que decora la entrada termine desapareciendo.

Además, en los episodios se suele dar que la maniobra no tarda más de dos minutos y casi siempre es ejecutada en momentos de poco movimiento: madrugada y fines de semana.

Un golpe de este tipo fue el que se llevó adelante ayer por la madrugada en un edificio ubicado en 61, entre 3 y 4, el complejo que hace unos meses fue noticia por el robo de una motocicleta importada.

Se calcula que en este hecho actuaron al menos tres sujetos. Según se puede apreciar en las imágenes captadas por las cámaras de seguridad, se los ve levantar el portón, correr hacia la zona del estacionamiento para luego terminar escapando del lugar con una bicicleta y una moto.

“Vivimos poniendo rejas, alarmas. Sin embargo, es el cuarto ilícito que sufrimos en los últimos tres años. Esta vez me vuelvo loco porque destrozaron el portón cuyo arreglo sale más de 50 mil pesos” dijo un frentista.

Horas después la policía confirmó a este diario que la moto fue hallada a pocos metros del lugar. “Se ve que no la pudieron hacer arrancar”, dijo una fuente consultada.