Alerta barrial por la jubilada que estuvo bajo llave

Tras la intervención policial en la que se investiga si la mujer fue retenida en su casa, los vecinos le dan de comer. Temen por su estado

Edición Impresa

Una mujer de 88 años que vive en barrio Norte, en estado de extrema vulnerabilidad, preocupa a los vecinos que, además de proveerle las comidas diarias, esperan que el Estado se haga cargo de su situación. “Este problema lleva tres años, la vecina está muy perdida y se la pasa en la ventana queriendo hablar con todo el que pasa caminando”, sostuvo José Rusconi, referente de la Asamblea Vecinal de Barrio Norte y vecino de la mujer.

Según contaron en el barrio, desde que la mujer enviudó su deterioro se fue precipitando y se observó que también se hacía frecuente que no recordara si había comido o no, o el nombre de sus vecinos de siempre.

En ese contexto, una ventana entreabierta de manera precaria fue el único nexo que la mujer mantuvo con el mundo exterior desde su casa de la calle 9.

“Está encerrada y abandonada por su hija y yerno, los vecinos estamos preocupados desde hace tiempo”, sostuvo Rusconi.

En principio, la gente del barrio hizo gestiones con la familia, pero como respuesta se les dijo que se estaban encargando de la alimentación y de hacer todo lo necesario para su bienestar.

“Para nosotros todo eso era dudoso, pero a su vez la situación era particular”, se escuchó.

Como las cosas fueron de mal en peor, los vecinos convocaron a la justicia y la policía. Agentes de la comisaría segunda entraron a la casa, hablaron con la mujer y contaron que, en ese momento, no expresó ninguna queja.

También se presentó personal médico. Se constató que el estado general no era bueno.

“A los vecinos se nos hizo difícil ayudarla, nos dábamos cuenta de que estaba mal pero los familiares dijeron que nos estábamos metiendo en su vida privada”, agregó el vecino.

Pese a que en apariencias las cosas no estaban tan mal, los vecinos se organizaron para acercarle raciones de comida a la mujer. De esa manera garantizaron que diariamente tuviera un desayuno, un almuerzo y una merienda reforzada.

“Es común que pida comida a los que pasan por la vereda porque se olvida si comió o no”, contó la gente.

Alarmados, los vecinos indicaron que llegó un punto en el que la situación de abandono de la mujer no se pudo soportar más y se radicó una denuncia penal en la fiscalía penal N°2, a cargo de la fiscal Betina Lacki. Desde fines de la semana pasada quedó planteada una causa en la que se investiga si se cometió un delito, pero también se dio intervención al Tribunal de Familia N° 1 para establecer cuál será el futuro de la mujer.

“Hoy por hoy le hicieron una perimetral a su familia y los vecinos le estamos garantizando las comida, el desayuno, el almuerzo y una merienda fuerte”, se explicó.

No obstante se remarcó que la situación es muy compleja y la gente del barrio espera que el Estado se haga cargo de la mujer.

Ayer, una fuente judicial le dijo a este diario que en estas horas se evalúa la situación psico física de la mujer como paso previo a la evaluación de medidas referidas a la asistencia y los cuidados que, se presume, necesita.

“Los vecinos no vamos a poder estar toda la vida atrás de eso y estamos muy preocupados”, insistió Pepe Rusconi.

Mientras se aguarda el avance en la justicia, este diario constató que la mujer pasó buena parte de la tarde hablando desde la ventana.

Pese a que los vecinos le habían llevado de comer, la mujer insistía que hacía tres días que no comía.

“Le llevamos milanesa, ensalada y un pelón, pero no lo recordaba; además, me preguntó el nombre en varias oportunidades, está muy perdida. No puede vivir sola”, agregó el vecino.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE