Con música, como le gustaba a Isabella, le dieron el último adiós

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Los restos de Isabella Marino fueron despedidos ayer en medio del dolor de sus familiares y seres queridos. La joven tenía 18 años y había llegado a La Plata desde Trelew, en la provincia de Chubut, a cumplir su sueño de ser médica veterinaria. Sin embargo, en un episodio que es investigado por la Justicia y despierta serios interrogantes, perdió la vida en apenas un puñado de segundos.

En la ceremonia, de acuerdo a un posteo de su madre en la red social Facebook, hubo “rock de fondo”. Como a su hija le gustaba.

Como se sabe, en un hecho que será motivo de análisis pericial, Isabella cayó de un micro de la Línea 214, a pocas cuadras de su facultad, sobre 60 y 123, ya del lado de Berisso.

Se presume que la chica se equivocó de camino y por eso quiso bajarse del ómnibus.

El transporte, en vez de ir en sentido hacia el Bosque platense, lo hacía en dirección contraria, a YPF. Y cuando intentó remediar esa situación, sucedió lo peor.

Una caída incomprensible, que quedó filmada en una cámara de seguridad, y un golpe que le provocó lesiones cerebrales irreversibles. ¿No le pidió al chofer que frenara? ¿Por qué cayó con el micro en movimiento? ¿La puerta se abrió sola? Esos son, tal vez, las primeras dudas que surgen cuando se buscan respuestas ante lo inexplicable.

Carolina Jones, su madre, la describió como una persona “compañera como pocos, solidaria, justiciera y apasionada en todo lo que emprendía”.

“Nosotros sus padres y hermanos, toda su familia y la inmensa cantidad de gente que la quiere, estamos dedicando ahora nuestra energía a darle la despedida que se merece. Queremos justicia por supuesto, pero se lo dejamos a quienes corresponde”, agregó.

La causa está en manos del fiscal Carlos Vercellone.

 

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