Kristen Stewart: la princesa que no quería su corona
Edición Impresa | 13 de Febrero de 2022 | 04:57

Kristen Stewart lamentó por años que la fama por “Crepúsculo” le robara su privacidad y una vida normal en la adolescencia, pero no se hagan una idea equivocada: lo suyo no es nada en comparación con lo que soportó la princesa Diana, afirmó la propia actriz, que la encarna en el claustrofóbico thriller de Pablo Larraín, “Spencer”, que se estrena el jueves en salas.
Una película que ha “amigado” a Stewart a Hollywood, al punto de valerle una nominación al Oscar en una industria que por haber sido parte de “Crepúsculo”, y también de algunos escándalos, la había echado a un costado. Pero a ella “me importa una mierda”, lanza desafiante, y hasta afirma que quizás no hubiera sido actriz si no hubiera comenzado tan joven en el asunto.
“Estoy sentada y disfrutando de los beneficios de una decisión que tomé cuando era una persona con la que todavía puedo identificarme, pero que ya no soy”, dijo en 2015 a Interview Magazine sobre si quiso ser actriz desde pequeña Stewart.
“Creo que, por defecto, quería ser actriz porque en un rodaje, siendo una niña pequeña, lo único que puedes hacer es ser actriz. Y estaba realmente cautivada por todo el proceso”, comentó.
La industria estuvo presente en la vida de Stewart desde pequeña. Su madre era supervisora de guion y su padre, productor de televisión. “En aquel momento simplemente quería estar en los sets, ir a mil sitios diferentes y trabajar tan duro como lo hacen mis padres”, contó al medio.
Heredó el amor por el sector de sus padres y, aunque trabajaban constantemente, nunca los sintió ausentes, según relató en una entrevista con Entertainment Weekly el pasado octubre. “Siempre estaba rebuscando en sus mochilas buscando catering y preguntándome ‘¿qué hicieron durante todo el día?’”.
Antes de que su edad alcanzase dos dígitos, apareció como extra en “Los Picapiedras en Viva Rock Vegas”.
“Realmente no era buena en audiciones comerciales a aquella edad. No era el tipo. Y era visceralmente doloroso ser criticada por no ser capaz de bailar con dos trencitas”, recordó la actriz al medio.
Y sin embargo, algo en su magnetismo trascendió. Después de trabajar en “The Safety of Objetcts”, su primera película, fue elegida para interpretar a la hija de Jodie Foster en “Panic Room”, que empezó a rodar cuando aún tenía diez años, terminó con once y se estrenó ya cumplidos los doce.
“En aquel momento simplemente pensaba que era divertido”, contó a Vogue en 2011 respecto a haber comenzado su carrera antes de alcanzar la adolescencia.
“No creo que hubiera podido ser actriz si no hubiera empezado a los nueve años. Hubiera sido la última persona en levantarme y decir ‘me gustaría protagonizar una obra’”, añadía.
A “Panic Room” le siguieron otros títulos como “Cold Creek Manor”, “Speak”, “Catch That Kid”, “In the Land of Women” e “Into the Wild”, entre otras.
Pero fue “Crepúsculo” la cinta que la catapultó a la fama. En ella, da vida a Bella Swan, una adolescente que se enamora de un vampiro. Esta primera cinta de la saga, estrenada en 2008, tuvo cuatro entregas más, la última en 2012.
Robert Pattinson y Kristen Stewart en “Crepúsculo”, la película que los hizo famosos
EL FENÓMENO
Tanto Stewart como Robert Pattinson, coprotagonista de la cinta, han hablado en diferentes ocasiones sobre las películas, y el fenómeno fan que las acompañó o cómo marcaron sus carreras.
“Siempre me preguntan qué tipo de cosas quiero hacer, si tomo decisiones basadas en mi último proyecto”, dijo Stewart a Interview. “Pongamos que hago una película de una gran franquicia sobre un vampiro que se enamora de una chica normal. Es como, ‘¿ahora quieres mostrarles que puedes ser una actriz real, seria?’. Y es como, ¿no estaba siendo antes una actriz real, seria?”, comentaba a la revista.
“Soy famosa desde hace mucho tiempo: al final de este día, es mejor no someterme a un escondite militarista. Pensar que podría ser más fuerte que esta entidad que es la prensa y los medios es psicótico”
Stewart aseguró que, si alguien quería hablar mal de la saga, lo entendía completamente. “Pero hay algo allí de lo que estoy infinitamente, y hasta día de hoy, jodidamente orgullosa”, aseveró.
Por supuesto, el proyecto tuvo un lado B: se convirtió en una estrella global, perseguida por los papparazzis, cada uno de sus líos amorosos comunicados con pelos y señales en medios de todo el mundo, exagerados y estirados. Entre los escandaletes que siguieron y la mala reputación de “Crepúsculo” en los círculos críticos, Stewart terminó tomando algo de distancia de Hollywood. Sin embargo, tras cerrar la saga, viró hacia proyectos más alejados de los circuitos más comerciales, con títulos como “Clouds of Sils Maria” o “Personal Shopper”, de Olivier Assayas, quien declaraba por entonces que Stewart necesitaba papeles que Hollywood no escribía.
Por su trabajo en “Clouds…”, en el que comparte cartel con Juliette Binoche, recibió un premio César de la Academia del cine de Francia, siendo la primera estadounidense en conseguirlo. Le siguieron otros títulos como “Certain Women”, “Café Society”, y “Equals”, entre otros proyectos arriesgados.
Pero en 2019, se acercó de nuevo al ”mainstream”. “Hice ‘’Los Ángeles de Charlie’ porque soy una gran fan de Liz Banks [la directora del film] y siempre sentí que ella respondía por mí”, dijo Stewart a Harper’s Bazaar ese mismo año. Ese mismo año protagonizó “Seberg”, otra biopic, y un año más tarde “Happiest Season”. Ahora prepara su debut en la dirección de un largo con la adaptación de “The Chronology of Water”, las memorias de la escritora Lidia Yuknavitch.
“Los Oscar me importan una mierda. Son algo gracioso. Hay muchas películas y actuaciones increíbles que apenas se ven. Definitivamente dice algo sobre dónde estamos como presencia acumulativa, lo que estamos viendo, lo que nos importa”
LA PRINCESA Y KRISTEN
Así es que la carrera de Stewart se ha dividido en años de proyectos más comerciales y un giro hacia un cine más personal. De alguna forma, en su última película, “Spencer”, que se estrena el jueves en salas locales, ha aunado las dos: es a la vez una biopic de una figura reconocida como Lady Di, y dirigida por un autor como el chileno Pablo Larraín. Un papel por el que Hollywood ha vuelto a abrazarla tras años de distancia, incluso brindándole una nominación al Oscar.
Stewart es lo mejor de una película recibida con tibieza por la crítica, y ella misma ha declarado que conectó profundamente con Diana: seguramente tuvo que ver que sentía como propio ese encierro, esa jaula de oro en la que la princesa estaba atrapada, y que protagoniza la película, un aislamiento metafórico pero también real, y claustrofóbico, en el que Lady Di sus últimas Navidades como princesa de Gales, en las que ya sabe que se va a separar pero no sabe cómo, y tiene que pasar tres días encerrada en el el castillo de Sandringham, donde Isabel II y los suyos celebran las festividades.
El precio que Lady Di tuvo que pagar por la fama, desde ya, ha invitado a muchas, muchas comparaciones con la propia vida y fama de Stewart. Ella también entiende por qué, pero se apresura a señalar las diferencias: “Imagínate que a los 19 años ya te estuvieras casando y teniendo un bebé y se te pidiera que cumplas una fantasía que todos quieren ser”, dijo la actriz. “Es como ir a un campamento de verano y no poder volver nunca a casa, cuando uno en realidad odia los campamentos de verano”.
Y agregó que quiere evadir ese punto de vista sobre la película: “Quiero que se concentren en lo que yo priorizo principalmente, que es la película y mi vida. Y si empiezo a victimizarme a mí misma, sería muy inconexo”.
Lady Di, la verdadera: “Spencer” llega el jueves
Lo cierto es que en medio de toda esta reflexión sobre la fama y la vigilancia y sobre Diana y ella misma, Stewart reveló que ella y su novia de dos años están comprometidas. Fue una elección que tomó no a pesar de, sino debido a sus experiencias: porque si algo aprendió de Diana y su revolucionaria separación es que “no estamos en un camino predestinado, siempre es posible tomar las riendas de nuestra vida, aunque sea difícil tomar esas decisiones”.
“Soy famosa desde hace mucho tiempo. Y cuando era más joven, sentía que este control abierto de hecho me estaba robando de mi experiencia como ser humano. Así que, al final de este día, es mejor no someterme a un escondite militarista”, dijo. “Cuando era más joven, realmente traté de proteger lo que era precioso para mí. Pero en realidad, descubrí que al proteger esas cosas, las regalaba. Se convierten en algo que no es tuyo”.
“Pensar que podría ser más fuerte que esta entidad que es la prensa y los medios es psicótico”, continuó. “Me gustaría vivir una vida porque voy a ser una mejor actriz si puedo vivir una vida real, voy a ser una mejor artista que de hecho está más presente y es capaz de ser real”.
Stewart al presentar “Spencer” en Venecia
ROL PARA EL OSCAR
La actriz estadounidense se preparó durante cuatro meses para interpretar a Diana de la forma más fidedigna posible, asimilando sus gestos, su forma de ser y, sobre todo, el horror de aquellas Navidades claustrofóbicas. “Si estuviera en la misma posición de Diana... Hay gente que puede interpretar varios papeles en su vida, que puede ser varias personas. No creo que sea algo saludable y no creo que yo fuera buena en eso. Cuando era más joven uno de los consejos que me daban era que para las entrevistas, que me podían dar un poco de miedo, fuera otra persona, que hiciera un papel. Pero yo, cuando interpreto un papel, no soy otra persona”, matizó la actriz.
El filme muestra a una Diana huraña, rota, paranoica y con el único consuelo de sus dos hijos, Enrique y Guillermo, que representan los escasos rayos de luz dentro de una obra que toma a ratos tintes de “thriller”.
Los enfoques cortos, para enfatizar la impecable caracterización de Diana, los planos secuencia, persiguiendo a la actriz por los pasillos del castillo de Sandringham, y la música extradiegética, como si se tratara de una película de Hitchcock, apuntalan la cinta, que consigue su objetivo con maestría. Agobia, atosiga y molesta al espectador con una Diana apenas vista hasta la fecha.
“Spencer” llega el jueves a los cines: a Kristen Stewart la nominaron al Oscar por el papel
Es que “Spencer’” no es sólo una película ordinaria con anécdotas prefabricadas sobre coprotagonistas, tampoco es un documental, una biografía o un ejercicio de llenar los huecos como “The Crown”: es una “fábula sobre una verdadera tragedia” evocadora e ingeniosa sobre una de las mujeres más famosas que jamás haya vivido.
La actriz californiana definió a su criatura, en este marco, como una mujer con una energía extraordinaria pero que se sentía “muy aislada y sola”. “Cuando miro fotos de ella siento que la tierra tiembla pero también veo que estaba desesperada por conectar con alguien, es chocante que fuera capaz de hacer sentir tan bien a la gente sintiéndose ella tan mal”, dijo la actriz en rueda de prensa en Venecia, al presentar la película en el prestigioso festival.
Desde aquella presentación, el nombre de Stewart comenzó a sonar para el Oscar, y este martes se confirmó: recibió su primera nominación a los Premios de la Academia… pero parece que a ella no le quita el sueño.
“Me importa una mierda” dijo la actriz sobre la posibilidad de ser nominada. “Los Óscar son algo gracioso. Hay muchas películas y actuaciones increíbles que apenas se ven. Definitivamente dice algo sobre dónde estamos como presencia acumulativa, lo que estamos viendo, lo que nos importa”, añadió.
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