Dio todo en una emotiva noche que pudo haber sido su despedida

En su última función, al menos en Buenos Aires, y considerando el anunció que hizo en la previa de esta reaparición en el Lawn Tennis, Juan Martín Del Potro recibió el cariño de la gente, que lo ovacionó, aunque no pudo evitar la derrota por 6-1, 6-3 ante Federico Delbonis, con quien compartió el equipo que se adjudicó la Copa Davis 2016 en Zagreb, frente a Croacia.

La presencia de La Torre de Tandil, más después de haber adelantado su inminente retiro, aseguró un lleno total en el escenario donde se está desarrollando el Argentina Open, con muchas personalidades, no sólo del deporte, y al término del partido, con el resultado menos deseado por la mayoría, hubo una despedida plagada de emociones.

Delpo reapareció tras dos años y medio afuera, con cuatro operaciones (rotula de la rodilla derecha) en esa etapa, y lógicamente pagó con una actuación que estuvo lejísimo de sus mejores presentaciones, aquellas en las que se mostró a la altura de los mejores, porque en esas condiciones se plantó frente a Rafael Nadal, Roger Federer y el serbio Novak Djokovic, por citar la elite.

La pelota comenzó a viajar de un lado para el otro por sobre la red a las 20:28, con Delbonis a cargo del servicio, y el 1-0 para Del Potro encendió una luz de esperanza en aquellos que todavía sueñan con un “milagro” como el que le permitió al escocés Andy Murray volver al circuito después de anunciar su retiro por un a lesión de cadera que ha conseguido manejar.

Debieron transcurrir 965 días para ver Delpo pisando nuevamente una cancha de tenis para jugar un torneo oficial, y más allá de ese quiebre en el primer punto, en adelante se vio lo que se tenía que ver: un tenista con problemas físicos, que midió sus movimientos desde la primera pelota, y careció de respuestas cuando el rival lo llevó de un lado para el otro.

No pudo retener su saque, Delbonis igualó 1-1 a través de un quiebre, y en adelante hubo un marcado dominio del original de Azul, quien se quedó con el primer ser por 6-1 al cabo de 32 minutos de juego.

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Claro que no fue lo esperado por el gran público, que festejó cada pelota buena del tandilense, aunque aceptando una realidad que el propio Delpo explicó en la reciente conferencia de prensa, durante la cual hizo un largo repaso de su actualidad deportiva y dejó abierto su retiro tras el presente certamen en Buenos Aires, el cual sólo había jugado en la edición 2006, cuando tenía 18 años y perdió en la ronda inicial frente a Juan Carlos Ferrero, o bien después de jugar el ATP 500 de Río de Janeiro, para el cual está anotado.

Para Delpo fue una noche plagada de emociones, en la que el resultado final fue lo menos importante

Más equilibrado resultó el segundo set sobre el polvo de ladrillo del Buenos Aires Lawn Tennis Club, desde el comienzo mismo. Las razones: Delbonis cometió más errores y Del Potro estuvo más efectivo en el primer servicio. Por eso el juego avanzó punto a punto hasta que Delbonis quebró para sacar una ventaja de 4-3.

Su potente drive, por momentos hizo recordar los buenos tiempos del tandilense, aquellos en los cuales se lo consideraba que ese golpe lo ponía un escalón arriba en el circuito. Pero cuando debió responder con su revés, por lo general quedó desequilibrado para el resto del punto.

El aliento no paró de bajar desde las tribunas, tan fuerte que el llanto fue inevitable para el gran protagonista de la noche, quien al quedar un punto perdió la posibilidad que tenía de llevar el partido a un tercer set.

En medio de las muestras de afecto y cariño de la gente llegó el final: 6-3 para Delbonis, en 51 minutos de juego, los cuales sumados a los 32 del primer set redondearon un partido de una hora y 23 minutos que marcaron la despedida de uno de los tenistas argentinos más destacados de la historia.

Delbonis deberá cruzarse en la próxima ronda con el español Pablo Andújar, quien eliminó a Juan Ignacio Londero, aunque terminó siendo apenas un dato anecdótico en una noche a lo largo de la cual el protagonista central fue Juan Martín Del Potro, en su última función, delante de su gente, que le brindó un marco perfecto, lo ovacionó y le mostró una admiración que seguro seguirá vigente por siempre.