Benzema galáctico: tres goles para un triunfo Real

Cuando parecía que Kylian Mbappe le había triturado, cuando parecía que su festival había acabado con Real Madrid, el equipo de Carlo Ancelotti se levantó de la lona y, en un alarde de coraje, al resguardo de un triplete de Karim Benzema, liquidó al PSG y se clasificó a cuartos de final de la Champions League al igual que Manchester City que empató sin goles con Sporting Lisboa (había ganado 5-0, la ida en Portugal)

El PSG había sido más que superior en la etapa inicial con un Mbappe estelar, un Neymar y un Messi como lanzadores de lujo le permitieron irse al descanso en ventaja.

La última remontada “europea” de Real Madrid se produjo ante el Wolfsburgo con un triplete de Cristiano. Esta vez, el héroe fue Benzema, que fue a buscar un pelota imposible, forzó el error garrafal del arquero Donnarumma en la salida y ahí comenzó a gestarse una remontada tan fulgurante que dejó amilanados a Mbappe y sus compañeros, incapaces de frenar el vendaval que de repente se levantó en el Santiago Bernabeu.

Hasta el momento del primer gol del Madrid todo era fiesta y alegría del PSG, que había mandado tanto en el juego y como en el aspecto táctico.

En la ida, en París, Mbappe había marcado el único gol. En ese partido de ida, el Real Madrid apostó por el repliegue casi absoluto y con un Courtois estelar pudo llegar con vida al final e incluso a la revancha. Pero en el Santiago Bernabéu encontró más espacios y muchos metros por delante.

Fue letal. Tuvo dos aproximaciones de entrada e incluso le anularon un gol por fuera de juego de Nuno Gomes. A la tercera ya no perdonó y pareció sentenciar la eliminatoria. Real Madrid se negó a claudicar y cuando encontró el gol de Benzema empezó a soñar con la remontada.

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La confrontación, al menos hasta el primer tanto, volvió a dejar en claro que este PSG era superior a Real Madrid. La empresa parecía más que para el equipo de Ancelotti.

Mbappe se empezó a parecer Usain Bolt por el césped del Bernabéu. Avisó dos veces, el árbitro neerlandés Danny Makkelie le anuló un gol por fuera de juego de Nuno Gomes y a seis minutos del descanso una pérdida de Carvajal le permitió a Neymar habilitar al francés, que esta vez no falló ante Courtois.

Este gol puso la eliminatoria a Real Madrid hasta el límite cercano de lo imposible, por el resultado y por las sensaciones que dejaban ambos equipos y sobre todo por Mbappé. Pero apareció la magia. Ya sin Kroos ni Asensio en el campo y con Camavinga y Rodrygo recuperó vigor, pero sobre todo fe y esperanza con la presión y el gol de Benzema.

Con media hora por delante, Real Madrid creyó y PSG desapareció. En dos minutos, Benzema completó su faena y la remontada. El cuadro de Pochettino, completamente desbordado fue otro. Ni el ingreso de Di María y los intentos de Mbappe consiguieron forzar el alargue. El equipo madrileño, que estaba nocaut ante el que puede ser su futuro ídolo (Mbappe), hizo lo que parecía casi una utopía.