“Mediacaras”: así algunos ya bautizan a la tradicional factura por los fuertes aumentos

En el sector panadero afirman que el problema es que no hay precios y que, sin una razón que lo amerita, se llega a pedir por la bolsa de harina cualquier precio. Tal vez es por esa razón que en las panaderías locales se da una gran disparidad de precios. El kilo de pan cuesta entre 240 y 450 pesos y la docena de facturas, alrededor de 500 pesos, pero en algunos locales las venden a más de 800 pesos.

Hugo Natale, dirigente de la Asociación de Panaderos del Gran La Plata, sostiene que en muchos molinos “hay un altísimo grado de especulación”.

“No se justifica que algunas panaderías o confiterías aumenten tanto los productos, pero es un problema la falta de precios. Las distribuidoras no dicen claramente cuánto van a costar los productos y el que no tiene stock para resistir quince días, se encuentra con muchos problemas”, dice Natale.

A su juicio si la harina aumenta 20 o 30 pesos por kilo no debería irse el kilo de pan a 300 pesos como pretenden algunos comerciantes.

“Siempre hablando de productos de buena calidad, el pan no tendría que superar los 240 pesos el kilo y las facturas, los 500 pesos la docena”, agrega y aclara que hay productos de la pastelería, como por ejemplo, el dulce de leche y el membrillo que no tuvieron aumentos de consideración.

Si bien es cierto que cada panadero maneja su costo, EL DIA constató precios muy dispares entre productos de similar calidad. Por ejemplo, en la sucursal de una cadena de panaderías, ubicada en la zona de Tribunales, la docena de medialunas está a 800 pesos - otra cadena las vende a 880 pesos -; el kilo de pan a 450 pesos; un sándwich de miga común a 280 pesos y uno especial, a 380 pesos.

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En tanto que en una fábrica de sándwiches de calle 57, cada triple común está unos 90 pesos y los especiales, 108 pesos. La tercera parte de lo que cuestan en otras panaderías locales.

Con relación a los argumentos que tienen unos y otros para justificar los precios de las materias primas, Natale opina que “es un cuento de nunca acabar” y sugiere esperar a que se aclare un poco el panorama y se aquieten los mercados.

“Ahora el problema es la falta de precios, las molineras dicen que no les entregan trigo, pero si los productores lo retienen hay que ver a quién se lo van a vender”, afirma.

El dirigente se queja de la especulación que se observa en muchos ámbitos y recuerda la década de los ´90 en la que cerraron unas 200 panaderías locales.

“En el centro de la Ciudad cuesta encontrar panaderías, esperemos que no se adopten precios abusivos por parte de los oportunistas de siempre”, concluye.

Como ya se informó, la semana pasado el Gobierno anunció que estudiaría “todas las soluciones posibles” para evitar un impacto inflacionario de la suba del precio internacional del trigo, a raíz de la invasión rusa a Ucrania.

Se implementó el fideicomiso de trigo, con el que se intenta desacoplar la suba del precio internacional del local, en atención al impacto que tendría en el valor del pan y otros productos de la canasta básica de alimentos. Además el Gobierno cerró las exportaciones de harina y aceite de soja “hasta nuevo aviso”, en medio de los rumores de un reajuste impositivo.