Los chicos y las pérdidas: ayudas para afrontar un duelo
Edición Impresa | 20 de Marzo de 2022 | 05:36

La pérdida de un ser querido representa un dolor que en cualquier persona puede dejar rastros durante toda la vida. Es un duelo que, en uno u otro momento, se deberá atravesar. Pero en los niños, ese duelo, que puede ser generado por cualquier tipo de pérdida, representa algo aún más complejo, y de difícil abordaje por parte de los mayores. Sin embargo, los profesionales de la psicología sostienen que “para poder atravesar las etapas del duelo, el niño necesita saber la verdad, y tiene derecho a ella. Por esta razón, resulta esencial tenerlo al tanto de lo que sucede y es indispensable darles las informaciones que le sean útiles”.
Mariela Cacciola, psicóloga con formación perinatal y en crianza, explica que “la muerte angustia tanto a los adultos como a los niños, pero enfrentarnos a esa angustia y aceptar que es un tema que nos moviliza es el primer paso. Primero es importante darle lugar a nuestra propia angustia, y tener espacios donde poder abordarla para tener cierta tranquilidad al momento de hablar con los niños. Podemos angustiarnos, pero necesitamos poder manejar la situación y tener disponibilidad emocional para contenerlos a ellos”.
Si bien existen diferencias según cada caso, la edad y las individualidades de cada chico, los especialistas recomiendan que es fundamental ser concreto, utilizar palabras simples, y hablar desde la verdad. Explicar el por qué del deceso, si se trató por ejemplo de una muerte natural, un accidente o una enfermedad, es esencial.
“Hay tres conceptos que son muy importantes de transmitir cuando hablamos de la muerte – señala Cacciola – el primero es que se trata de algo universal, ya que todo ser vivo en algún momento muere. El segundo es que es irreversible, por cuanto una vez que alguien muere no habrá vuelta atrás; y la tercera es que todas las funciones vitales terminan en el momento de la muerte, que tras fallecer, el cuerpo no funciona más”.
AYUDAS PARA EL DUELO
De acuerdo a los especialistas, el duelo es un proceso subjetivo que se da en los tiempos de cada niño y de su familia.
“La forma de acompañar – destaca la licenciada Cacciola - es ir viendo cómo va evolucionando y llevando este proceso. Un día les transmitimos, por ejemplo, la muerte de un familiar cercano o de una mascota; después van a haber otras instancias donde darles más información y donde seguramente habrá más preguntas, pero siempre hay que dejar claro que pueden preguntar todo lo que quieran y cuando quieran”.
Claro que también, según sostienen los especialistas, los chicos en duelo solo pueden abordar el trabajo psíquico que se les impone si quienes se encuentran en su entorno son capaces de tomar la iniciativa de ayudarlos, aunque de todos modos una parte del trabajo quedará pendiente hasta la adultez, debido a que el duelo es un proceso que continúa con el tiempo, ya que la pérdida se puede volver a revivir repetidamente, especialmente durante los acontecimientos más significativos de la vida, como graduarse en la escuela, casarse, tener hijos, etc.
“En los chicos -sostienen - las manifestaciones normales de duelo pueden presentarse inmediatamente después de la pérdida o pasado un tiempo, pero las reacciones de duelo en ellos pueden ser intermitentes, como que por ejemplo pueden estar muy tristes un minuto y jugando al siguiente, debido a que no pueden explorar de una manera racional todos sus pensamientos y sentimientos como lo hace una persona adulta. Pero además, en algunas ocasiones, los niños tienen dificultad para expresar con palabras sus sentimientos acerca del duelo, y lo hacen a través de su comportamiento”.
En este sentido, se coincide en destacar que las manifestaciones más frecuentes son conmoción y confusión ante la pérdida de un ser querido; ira manifestada en juegos violentos, pesadillas e irritabilidad; enojo hacia otros miembros de la familia; temor a perder al padre o madre que aún sigue vivo; o vuelta a etapas anteriores del desarrollo, lo que hace que actúen de manera más infantil, por ejemplo exigiendo más comida, más atención, más cariño, hablando como un bebé, o dejando de contener esfínteres.
“En algunas ocasiones – aseguran los especialistas - pueden creer que son culpables de la muerte de su familiar por cosas que han dicho, hecho o deseado, o manifestar una tristeza que puede presentarse con insomnio, pérdida de apetito, miedo prolongado a estar solo, falta de interés por las cosas que antes le motivaban, disminución acentuada en el rendimiento escolar o deseo de irse con la persona fallecida. Pero hay que tener en cuenta que estas manifestaciones son las esperables en un niño ante la muerte de un ser querido, aunque es importante observar y darse cuenta si estas actitudes se sostienen en el tiempo. De ser así, puede ser recomendable consultar a un profesional, aunque en cualquier caso, como los chicos necesitan imágenes y recuerdos, es importante que le puedan decir adiós al ser querido, y que puedan participar de algún tipo de rito de despedida”.
“NO ESCONDER LA VERDAD”
Desde el lado de la pediatría, en tanto, la doctora Nancy Alvarez señala que “no es recomendable esconder situaciones trágicas a los niños, primero, porque son parte de la vida; y segundo, porque con las tecnologías actuales se enterarían igualmente. Y no importa la edad, ya que ellos están más capacitados para vivir los duelos de una manera espontánea que los adultos. Solo necesitan que los padres le permitan expresar sus emociones, y no le envíen mensajes como “no llores” o “los niños grandes no lloran”. Eso es lo mismo que decirles que deben negar, reprimir y evitar lo que sienten”.
“Lo que sucede cuando a un niño no se le permite expresar de forma natural su tristeza y miedos ante la muerte de un ser querido o un accidente donde muchas personas mueren – agrega - es que se le impide usar sus recursos para manejar su duelo. Se puede tornar agresivo, ansioso, irritable, inquieto. Si él puede amar, también puede llorar y extrañar a una persona que amaba. Los adultos deben dejar salir lo que sienten, en vez de intentar “enseñar” al niño cómo vivir su duelo. Esto podría ocasionar todo lo contrario y subir la resistencia a dejar salir sus emociones”.
Es importante que le puedan decir adiós al ser querido, y que participen de algún rito de despedida
“En ocasiones pueden creer que son culpables de la muerte de su familiar”
“Para poder atravesar las etapas del duelo, el niño necesita saber la verdad”
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