Con las clases volvieron las zonas “para escaparles” en las horas pico

Junto con los circuitos de la atracción turística y las guías para trámites, la Ciudad parece en condiciones de generar un mapa de los puntos en los que, en algunos horarios, conviene no meterse con el coche o el transporte público. Será difícil el avance en medio de una masa que se mueve lento, entre dobles, triples filas junto a los cordones o largas hileras que no desagota la luz verde de los semáforos en las esquinas. En general, la problemática, contaron en estos días desde los autos, aparece vinculada con la afluencia de familias y transportes a la puerta de las escuelas, que tras dos años recobraron la presencialidad plena.

El cuadro se termina de conformar con la paleta de situaciones clásicas en áreas de confluencia de otras actividades comerciales, productivas, de la administración pública y la “agenda” de protestas.

Entre los puntos motivo de las quejas de los últimos días aparecen El Mondongo y su vecino, el Bosque.

“A primera hora de la mañana, el tránsito por la diagonal 79 a la altura de 116 o 117 es tan intenso que resulta imposible moverse al dejar a los chicos en alguna de las escuelas de la zona”, indicó un automovilista que padece el ingreso y salida de la zona. En dos cuadras, se juntan allí dos complejos educativos. La diagonal 79 confluye a pocas cuadras, con la avenida 60, una de las vías principales del tránsito hacia la Ciudad desde la zona ribereña, justo cuando empieza la actividad escolar y centenares de padres y transportes dejan chicos en las escuelas, una escena que con distinta intensidad se repite al mediodía y media tarde.

También se carga el tránsito en la zona oeste del Bosque. “El movimiento del Colegio Nacional llega hasta acá”, graficó un vecino de 2 y 53, alrededor de las 13 de ayer, mientras intentaba, con poco éxito, mover el coche desde el frente de su casa ante un flujo incesante de autos que apenas se movía. Una gran mayoría, se calcula en la zona, iba hacia 1 y 53 para doblar en dirección al Colegio Nacional (1 y 49). La luz verde, de unos 20 segundos, alcanzaba para pocos mientras la avenida 1 venía cargada desde el sureste.

Un cuadro similar se retrataba desde autos, prácticamente clavados al pavimento en 6 y 59, donde confluían comunidades de varias escuelas e institutos asentados en pocas cuadras de la redonda.

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A fines del año pasado, la Comuna puso en marcha un programa piloto dedicado a agilizar el tránsito frente a las escuelas. Por el momento, llegó a la cuadra de 45 entre 11 y 12, frente al colegio “Inmaculada”. Se definió allí un cajón contra el cordón de uso exclusivo para familiares de estudiantes de la institución: llegan en auto, bajan mientras espera personal de la escuela y el vehículo sigue. En el cajón está prohibido estacionar entre las 7 y las 15.

Según se informó desde la Comuna, el objetivo es extender la experiencia este año a otros puntos de concentración frente a escuelas.

También se espera por medidas que agilicen el movimiento en la zona lindera a Plaza Azcuénaga. En particular, “la calle 18 entre 44 y 45 se carga tanto que genera complicaciones sobre la diagonal 73. A la hora de ingreso a la escuela es imposible”, avisó un conductor integrante de la comunidad de la escuela Italiana.

El mismo cuadro, en las inmediaciones del complejo educativo del San Cayetano, de 44 entre 29 y 30. “El movimiento es tan importante que derrama sobre las calles laterales. Incluso la 27”, apuntó otro automovilista tras zafar de una cola “de casi dos cuadras que empezaba en el semáforo de 44.

Son solo algunos puntos del mapa.