Marcos Carnevale: “El éxito no deja de ser una ilusión”

“Granizo”, una comedia dramática con elementos del cine catástrofe, es la película que el realizador Marcos Carnevale estrena hoy en Netflix, una historia atravesada por la cultura de la cancelación que pone sobre la mesa a las falsas creencias del éxito, un fenómeno que “no deja de ser una ilusión”, según aseguró en diálogo con EL DIA.

Escrita por Nicolás Giacobone y Fernando Belmayor, la película está protagonizada por Guillermo Francella, quien se pone en la piel de Miguel Flores, un famoso meteorólogo que se convierte en el enemigo público número uno cuando falla en un pronóstico, lo que lo obliga a volver a su Córdoba natal donde tratará de redimirse personal y profesionalmente.

“Granizo”, nueva colaboración entre Carnevale y Francella tras “Corazón de León” (2013), incluye las actuaciones de Romina Fernandes, Peto Menahem, Martín Seefeld, Nicolás Scarpino, Norman Briski, Viviana Saccone, Pompeyo Audivert y Eugenia Guerty, destacándose el debut de Laurita Fernández y la participación especial del grupo tropical Los Palmeras.

Guionista y director cordobés de películas como “Elsa & Fred”, “Anita” y “El Fútbol o Yo”, Carnevale se refirió a los grandes desafíos de esta producción de Kuarzo Entertainment y Leyenda Films con la que vuelve a la plataforma de la “N” roja tras el estreno de “Corazón loco” (2020), otra comedia de tinte dramático protagonizada por Adrián Suar.

-“Granizo” tiene comedia, sí, pero también mucho drama y otros elementos que la hacen difícil de clasificar. ¿Cómo te gusta definirla?

-Me gusta mezclar la comedia con el drama. Es un género que vengo transitando ya hace varias películas. Algunas son un poquito más dramáticas y otras más “acomediadas” pero, en general, conforman un género que se llama “dramedy” y que a mí me va muy bien porque me gusta transitar la amabilidad de la comedia para bajar contenidos más duros. Cuando a la gente le decís con humor las verdades, entran mejor. Es como en las parejas: si lo decís desde el humor, no discutís y entra la información. Pero si lo decís con drama, vas a la pelea directo. Por otro lado, también me gusta ahondar en los sentimientos, y ponerlos en la pantalla. Y, además, se le suma otro género más que es la catástrofe. El desafío era amalgamar esos tres géneros, para que parezcan uno, y que no sientas que vas pasando de película en película.

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-Cómo fue incursionar en el cine catástrofe, un género que no se ha explotado en Argentina.

-Nunca se hizo y siempre me pasa que cuando trabajo con Guille (Francella) asumo un desafío de alto riesgo. La primera vez, cuando hicimos “Corazón de León”, cuando la tecnología de VFX no estaba tan avanzada, por lo menos en el país, logramos hacerlo bien. Y ahora, logré hacer cine catástrofe con un desafío difícil porque la propuesta era romper medio Buenos Aires, y ahí estaba en principio la duda. Pero antes de lanzarme al vacío hablé con Alejandro Valente, que fue el director de VFX, hicimos pruebas, vimos las posibilidades que tenía de hacer una película pseudo americana dentro de esta película telúrica y cuya potencia estaba no tanto en romper cosas, porque estamos acostumbrados a ver cine catástrofe donde vuela la Estatua de la Libertad o el Capitolio, sino en romper cosas que ves todos los días, como el Obelisco, por ejemplo, o el Congreso.

-Pero más allá de todos estos elementos catastróficos la película se va contando a través de un vínculo (padre e hija) en medio de un contexto atravesado por la cultura de la cancelación de un famoso.

-Exactamente. Ese es el gran tema de la película. Yo creo que la película habla de eso: del éxito, de la mala administración del éxito, porque el éxito no deja de ser un fenómeno, una ilusión producida por alguien en otros. Y eso a veces, los famosos, lo confunden con amor, y creen que la gente de verdad los ama. Y la realidad es que aman a ese imaginario que representan pero al otro, a la persona, no la conocen. Es decir, a la verdadera Susana Giménez, a la que está en su casa, no la conocemos. Y eso es lo que le dice esta hija a ese padre: “esto te explica que nunca te quisieron”. No se puede querer a alguien que no te conoce. Esa es la realidad. Él se da cuenta de eso.

Y la cultura de la cancelación, que es muy de ahora, donde la información se atornilla de una manera feroz y muy rápida por las redes, y donde del amor extralimitado, pasamos a denostarte con mucha facilidad. Porque también adjetivamos con mucha facilidad. Ya empezó Facebook con esa falacia de decir “tengo 5 mil amigos” y la realidad es que quién tiene 5 mil amigos. Se dice con mucha facilidad “genia”, “genio” y también se baja el pulgar rápidamente. Entonces, es un arma de doble filo: donde corre la buena onda por un lado, la atomización de la buena información que te puede ser útil, pero también la información falsa o la agresión o el hater que te entra por todos lados de una manera a veces cruel. Es algo que lo estamos viendo, no sólo en el ambiente artístico, sino en todos lados. Basta que alguien diga algo en tu contra para que se arme un reguero de pólvora en dos segundos y te destruyó la imagen.

“El ‘dramedy’ es un género que me va muy bien. Me gusta transitar la amabilidad de la comedia para bajar contenidos más duros”

Marcos Carnevale, Guionista y director

-Estás más acostumbrado a dirigir tus guiones pero has aceptado libros de otros como “Granizo”, por ejemplo, coescrita por uno de los ganadores del Oscar, Nicolás Giacobone (“Birdman”). ¿Cómo fue la experiencia?

-Fue un honor. A Nico lo admiro mucho, me encanta la pluma que tiene. De todos modos, pude participar de algunas definiciones del guión porque necesito hacerlo propio para poder transitar la película porque tengo los estribos, y necesito pasarlo por mi blanco y negro también. Filmé algunas películas que no me pertenecían, como “Viudas”, por ejemplo. También filmé “Más respeto que soy tu madre”, que es de Hernán Casciari (de estreno próximo). Estoy coqueteando bastante con textos de otros. Me gusta mucho sobre todo cuando veo que escriben mejor que yo. Y estos dos que te mencioné escriben mejor que yo (risas).

-La filmación fue en Córdoba, una provincia que enloqueció con el rodaje. ¿Cómo fue volver a tu lugar de origen al frente de un proyecto de estas características?

-Era una asignatura pendiente que tenía, porque nunca había filmado en mi provincia, y de repente lo pude hacer y a lo grande: con una película de Netflix, con una producción importante, con Guillermo. Así que tenía el revólver en la cabeza del “hacelo bien o hacelo bien” porque no podía ir a Córdoba y hacer un desastre. Encima nos recibieron a lo grande: desde el gobernador hasta la gente de Film Comission, que nos cerraron prácticamente la ciudad para que filmáramos. ¡Éramos los Rolling Stones en Córdoba con Guille! No faltó nada. El amor de la gente fue increíble. A donde íbamos, la gente que nos esperaba. Fue precioso. Y creo que le hicimos honor a la ciudad y a la provincia.

-¿Cómo fue volver a trabajar con Guillermo?

-Guille es mi amigo. Es un actor al que admiro. Es un prócer de la escena nacional. Fue muy lindo volver a trabajar con él... Acaba de pasar (la nota se hizo por Zoom, con Carnevale y el elenco reunidos en un hotel desde el que hicieron entrevistas con varios medios) y dice “Ay, Dios” (risas).

-Laurita Fernández tiene un papel destacado en “Granizo”. ¿Cómo la viste en su debut en la pantalla grande?

-A Laurita la tengo medio adoptada. A Laurita la conocí haciendo una serie con Adrián Suar, que se estrenó en otra plataforma (“Los Protectores”, Star+), y ahí pegamos mucha onda. Y la llevé a “Granizo” porque la peli se filmó después. La adoro. Nos conectamos muy bien con Laura, es una chica muy aplicada y dedicada. Quiere trabajar esa actriz que tiene ahí. Y ahí va.

-¿Tenés alguna anécdota con alguna tormenta de granizo que recuerdes especialmente?

-Acaba de pasar ahora. Estoy por filmar una película -también es para esta plataforma, así que lo puedo decir (risas)- en Mendoza, y fui de scouting. Es una película chilena-argentina, con Benjamín Vicuña y Laurita Fernández, donde salimos, miramos la aplicación para ver cómo estaba el clima, decía que estaba soleado y divino y salimos: y cuando salimos se cayó un granizo terrorífico que rompió media ciudad y todos los que íbamos ahí, que muchos trabajamos en “Granizo”, dijimos “¡ves, eso es por no hacerle caso a Miguel Flores!”.

-Ya tenés cancha en esto de estrenar cine en tevé. ¿Qué esperás de este nuevo estreno en la plataforma?

-Lo vivo con mucha ilusión, con mucha responsabilidad también porque es un proyecto muy, muy grande y dentro de la plataforma está tratado como tal. Va a salir en 190 países, que es mucho, en un servicio que tiene 222 millones de suscriptores en todo el mundo, lo cual es halagador pero también acojonante. Es mucha responsabilidad. Por suerte cuando filmo trato de no pensar en eso porque sino te podés llegar a paralizar un poquito. Pero la verdad es que soy muy afortunado de poder contar mis historias apoyado por una plataforma como esta que te da la posibilidad de poder filmar con todos los juguetes y de todas las maneras. No se puede pedir más.