La Ciudad debe adecuarse al creciente uso de vehículos que usan energía eléctrica
Edición Impresa | 8 de Marzo de 2022 | 01:57

La tendencia mundial que se refleja en dar cada día más lugar a los llamados transportes alternativos -sean ellos los monopatines, bicicletas y motos con energía eléctrica, que también están ganando terreno en nuestra ciudad- con sus evidentes ventajas económicas y medioambientales, exige adecuaciones legislativas que vuelvan compatible la convivencia de esos vehículos con los automotores y, al mismo tiempo, una profunda comprensión social de todos los protagonistas del tránsito con la finalidad de alcanzar una mayor calidad de vida en los centros poblados.
Un informe publicado en este diario dejó a la vista la creciente aparición de estos vehículos en las calles platenses. Tal como se dijo, son cada vez más visibles los medios de transporte particulares que apuestan a un ahorro cotidiano y también a perder menos tiempo para llegar a destino, pues con ese tipo de vehículos suele ser menos problemático eludir embotellamientos y salir de los embudos viales que muchas veces se forman en las horas pico. Esto, claro, en la medida en que quienes los conducen no cometan infracciones para lograr ese propósito.
Tal como se ha señalado, el fenómeno local responde en gran medida a una tendencia mundial. En toda gran ciudad se suman los motores de energía alternativa porque favorecen el bolsillo y colaboran con un funcionamiento urbano más sustentable, ya que al no ser a combustión generan un menor impacto ambiental.
Cabe recordar que con el boom inicial de las bicicletas, en algunos países altamente desarrollados se tomaron medidas para promocionar ese medio de locomoción y también a los equipos domésticos no contaminantes. Esas medidas que, a su vez, apuntaron a ofrecer mayor seguridad a los ciclistas constituyeron, recursos imaginativos y muy eficaces, que convendría analizar para impulsar en nuestro medio. En algunos países europeos se instrumentaron luego subsidios para aquellos que compraran vehículos eléctricos y llevaran al desguace a otro con motor de explosión.
En nuestro país la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), dictó una disposición que establece que los monopatines eléctricos pueden circular con velocidad máxima de 30 km/h, con utilización del casco obligatoria; sistema de freno que permita una detención total del mismo e iluminación delantera y trasera.
Sea como sea, la Ciudad debe adoptar todas las medidas tendientes a garantizar el uso seguro de los medios alternativos de transporte, sea creando circuitos exclusivos o buscando otras fórmulas que determinen los expertos. Sin la presencia de estos estímulos, la experiencia podría resultar conflictiva, en un contexto ya crítico por el sostenido crecimiento del parque automotor.
Lo que resulta claro y que, a la vez, representa un desafío que debe ser despejado, es que el empleo de energías alternativas, caracterizadas por su limpieza medioambiental y su bajo costo, se volverá cada día más ostensible, de modo que cada día serán más los medios alternativos de transporte en las calles de nuestra ciudad.
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