Piden que vaya a juicio la causa del crimen de un preso

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La Sala II de la Cámara de Apelaciones de Dolores rechazó las nulidades interpuestas por la defensa de 3 de las policías implicadas en el crimen de Alejandro Martínez, el hombre de 35 años que fue asesinado en una celda de la cárcel de San Clemente del Tuyú, hecho ocurrido el 18 de noviembre del año pasado.

Gustavo Daniel Funes Ostapchuk, Ubaldo Oldoni y Valeria Chirizola, letrados particulares de las efectivos Jaqueline Mansilla, Evelyn Garófalo y Laura Chiarullo, solicitaron que se revoque la resolución emitida por el Juzgado de Garantías 4 el 29 de diciembre del 2021, respecto a lo dispuesto en el informe de autopsia y pidieron que se dicte un nuevo pronunciamiento.

Los camaristas entienden que la resolución recurrida “se ajusta a derecho” y no dieron lugar al planteo, manifestando que “no se advierten vicios que conlleven las declaraciones de nulidad peticionadas”.

Vale destacar que las tres policías se encontraban detenidas como partícipes secundarias, y fueron liberadas el 25 de marzo por falta de mérito, aunque no sobreseídas.

En tanto, la Cámara confirmó -en la misma resolución y por unanimidad- la prisión preventiva dictada por el juez Diego Olivera Zapiola, para los policías José Pereyra (34), Christian Rohr (30) y Maximiliano Munche (47).

Ellos están acusados de ser coautores del delito de “homicidio triplemente agravado por alevosía, ensañamiento, por el concurso premeditado de más de dos personas y por haber sido cometido por miembros de una fuerza de seguridad abusando de sus funciones”.

A partir de los elementos de prueba incorporados a la causa, el fiscal Prieto entendió que Rohr, Munche y Pereyra “con el fin de causar una muerte alevosa” a la víctima “ejercieron una extrema violencia física sobre el mismo, propinando golpes de puño, y aplastando múltiples partes del cuerpo mediante diversas maniobras durante un lapso temporal de unos aproximados 10 diez minutos”.

Indicó a su vez que produjeron “de esta forma múltiples lesiones”, así como “fracturas costales derechas, infiltrado hemorrágico, aponeurosis epicraneana fronto parietal, cianosis cérvico facial y en tercio superior de tórax con infiltrado petequial en piel, en pulmones y corazón”, que le provocaron “un paro cardíaco traumático”.

El juez Olivera Zapiola, por su parte, consideró “justificada la existencia del delito”, aunque discrepó con el fiscal respecto del “alcance de la responsabilidad” de cada imputado.

Desde el inicio de la instrucción, ocho de los policías brindaron declaración indagatoria y en todos los casos rechazaron las acusaciones, mientras que el único que prefirió no declarar fue Pereyra.

La muerte de Martínez se produjo en la comisaría tercera. LO acusaron de provocar daños en el Gran Hotel Fontainebleau, situado en calle 3 y Costanera.

A partir de esta instancia, con las medidas propuestas y ya producidas por el particular damnificado, a cargo de los abogados Alfredo Gascón y Miguel Molina, “la causa está en condiciones de ser remitida a juicio oral”, aseguraron.

 

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