Estacionar volvió a ser una odisea que derrama movimiento al Bosque

Con la reapertura y las actividades presenciales se llenaron las calles, y la búsqueda de lugares se extiende a zonas periféricas

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Las calles en las que se concentran las entidades bancarias, las adyacencias a las escuelas, los centros comerciales y hasta el Bosque platense -pensado para ser un pulmón verde de la Ciudad-, se transforman en un caos por el abarrotamiento de autos estacionados, un mal estructural que recobró fuerza tras los meses de aislamiento pandémico.

Quien decida llegar al centro en auto para hacer un trámite en cualquiera de las entidades bancarias de las calles 46, 47, desde 6 hasta diagonal 74 seguramente deberá estar resignado a dar varias vueltas en busca de un estacionamiento.

Además, se topará con el hecho de que en muchas cuadras, a pesar de ser medido, hay “cuidacoches” que esperan una retribución por ese “servicio”. Eso se observa en cuadras como 47 entre 6 y 7, sobre la mano del Banco Provincia, en la manzana de 3 y 4 entre 48 y 49 ó 50 de 3 a 4.

Al ser tan complicado encontrar estacionamiento en el microcentro, los automovilistas buscan lugares en los alrededores con el resultado de que también se saturan espacios como las cuadras cercanas a la Plaza Italia.

El problema del estacionamiento también se agudiza en los horarios de entrada y salida escolar. Entre los puntos más conflictivos están las cuadras que van de 57 a 60, de 5 a 8, un segmento en el que se concentran seis establecimientos educativos con una numerosa concurrencia.

La falta de espacios para dejar el auto lleva a que al mediodía y por la tarde se aprecien las filas dobles. En ese contexto, no son pocos los vecinos que se quejan por autos que obstaculizan las salidas de las cocheras o que directamente se suben a las veredas para esperar hasta que los chicos salen de las escuelas. La modalidad “estaciono donde quiero”, se extiende en este contexto.

También es complicado el estacionamiento en la avenida 44 y 10 y en la zona de la Plaza Moreno.

Como se recordará, el año pasado la Municipalidad lanzó el proyecto “sube y baja” para evitar la doble fila en las escuelas.

Se trató de una prueba piloto en el Colegio Inmaculada, de 45 entre 11 y 12, donde se estableció un carril exclusivo para que los vehículos frenen unos segundos, permita bajar a los alumnos y alumnas para ser recibidos por una autoridad o docente del establecimiento educativo y dejar rápidamente el lugar.

En los distintos centros comerciales, ya sea 8 y adyacencias, calle 12, 5 y 51, Los Hornos y City Bell, tampoco es sencillo encontrar un espacio para estacionar.

En ese marco, no son pocos los comerciantes que destacan que si el sistema de transporte fuera mejor, muchos vecinos desistirían del uso del auto para despreocuparse de tener que buscar en dónde estacionar.

Para evitar pagar estacionamiento medido, cientos de automovilistas emigraron hacia el paseo del Bosque platense.

La cuadras con mayor concentración de autos estacionados son las más próximas a la Escuela Anexa, las de las facultades. También, la zona lindera al zoológico.

Por eso, en reiteradas oportunidades se registraron quejas por el creciente embotellamiento, por el descontrol y contaminación que generan los vehículos.

En suma, el mayor pulmón verde de la Ciudad se convirtió en una mega playa de estacionamiento. El cuadro no deja de llamar la atención a quienes recurren a su promesa de paz y aire limpio para distenderse a practicar deportes.

Los automovilistas pierden horas a la semana en la búsqueda de estacionamientos

Uno de los lugares más copados por la concentración vehicular es el sector comprendido por las calles internas de las facultades de Ingeniería y Ciencias Exactas.

En esa área se agolpan los autos que estacionan docentes y alumnos, de modo que las calles resultan angostas para el caudal de vehículos que las transita.

En algún momento las autoridades de las facultades llegaron a colocar vallas para evitar los estacionamientos, pero algunas desistieron por ser una lucha diaria.

Para peor, en algunas oportunidades se han visto autos estacionados sobre el pasto, invadiendo canteros y zonas de césped.

Hace ya muchos años que los expertos vienen alertando sobre el dilema del tránsito que enfrenta La Plata.

A partir del explosivo crecimiento del parque automotor, advierten que no existen salidas fáciles ni duraderas para un problema que demanda soluciones de fondo.

Se estima que algo más de 10 mil automóviles nuevos se suman por año a las calles platenses, un número que no hace más que agudizar el problema. A eso se agrega la construcción de edificios que no cuentan con una suficiente cantidad de cocheras y los autos terminan jornadas completas ocupando espacio en las calles.

 

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