Irrumpen en la casa de una contadora y se van con “los ahorros de toda una vida”
Edición Impresa | 27 de Abril de 2022 | 02:06

Un violento episodio de inseguridad volvió a generar pánico en las últimas horas en la castigada zona norte de la Región.
Esta vez se registró una salvaje entradera en Tolosa que fue perpetrada por tres violentos delincuentes en la casa de una contadora.
Con armas, gritos, insultos y amenazas, lograron apoderarse de un cuantioso botín que, según pudo averiguar este diario, estaba destinado a la cancelación de un costoso tratamiento médico.
Los damnificados, que prefirieron no brindar declaraciones por temor a represalias, resultaron ser un matrimonio y sus dos hijos, cuya casa se encuentra en 25 entre 529 y 530.
El ataque se ejecutó el pasado lunes, alrededor de las 8.30 de la mañana, cuando la dueña de casa se encontraba sola con sus dos hijos.
Habían pasado tan sólo unos minutos de la salida del esposo rumbo a su trabajo cuando los intrusos irrumpieron en la vivienda.
Si bien el caso es materia de investigación, todo apunta a que los ladrones estuvieron vigilando la casa y que decidieron lanzar el golpe fundados en la idea de que toda la familia iba a bordo de la unidad.
En este sentido no se descarta la posibilidad de que se haya tratado de una batida.
Se pudo establecer que los sujetos accedieron a la morada desde una propiedad lindera y que emplearon una escalera para superar el escollo de la medianera.
El primer lugar que registraron fue el quincho. Así quedó reflejado en el desorden que dejaron en ese lugar.
Luego comenzaron a recorrer la propiedad en busca de una entrada a la vivienda. Fue en ese recorrido que se encontraron cara a cara con la contadora cuando preparaba el desayuno en la cocina.
Los sujetos no le dieron espacio para reaccionar. De forma inmediata bloquearon cualquier posibilidad de escape o pedido de auxilio al apuntarla con un arma y exigirle que se mantuviera inmóvil y en silencio.
A la mujer no le quedó otra opción que acatar las órdenes de los malvivientes.
Luego, los sujetos inmovilizaron a los dos pequeños hijos de la víctima. En este sentido, no se conformaron con las amenazas y el terror que estaban infundiendo con las armas.
Tomaron unos cables que había en la casa y terminaron atando a la mujer y a los dos menores.
Cuando sintieron que tenían el control absoluto de la situación, cada integrante del clan delictivo asumió un rol distinto.
Mientras uno “custodiaba” e interrogaba a la profesional, otro se dedicó a revisar cada espacio de la casa y el restante ofició de campana observando el panorama que se desarrollaba en el exterior.
El trío de delincuentes permaneció más de media hora en el lugar. Ese tiempo le bastó para armar un cuantioso botín compuesto por dinero en efectivo, divisas estadounidenses y artefactos tecnológicos.
Según pudo averiguar este diario, se llevaron “una fuerte suma de dinero” que estaba destinada a cubrir el costo de un tratamiento médico que debe realizarse el padre de la mujer.
Una vecina mencionó a este diario que el hombre había decidido dejar “los ahorros de toda su vida” en la casa de su hija con la convicción de que estarían más seguros allí que en su propia casa. Pero terminó sufriendo un duro revés.
No conformes con los objetos de valor que habían logrado reunir y las roturas y el desorden que habían provocado, los sujetos decidieron ir por más y se terminaron apoderando del coche de la familia que se encontraba estacionado en el garage, un Renault Kwid de color blanco.
Tras la partida de los hampones, la familia logró liberarse y dio aviso a las autoridades.
Las víctimas aportaron que los tres sujetos tenían alrededor de 50 años y que se habían dado a la fuga en su rodado.
Con estos datos se activó un operativo cerrojo pero el mismo terminó con resultado negativo con respecto al paradero de los sospechosos. El Renault Kwid, en tanto, fue hallado ayer por la madrugada a pocas cuadras de la vivienda asaltada.
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