La Cámpora y la JUP pierden terreno con los triunfos de Franja Morada

Los contundentes triunfos de Franja Morada en las elecciones que terminaron el viernes y que desde este mes le permitirán gobernar en más de la mitad de los centros de estudiantes de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), tienen su hemisferio en el retroceso que sufrieron las distintas expresiones de un peronismo universitario que -como en el plano nacional- llegó a estos comicios dividido.

Como se informó en la edición de ayer, en las primera votación de los alumnos desde noviembre de 2019 y tras la larga pausa que impuso la pandemia, la agrupación reformista recuperó su histórico bastión en Derecho, que desde 2018 estaba en manos de Estudiantes de Abogacía (peronistas muy vinculados a La Cámpora). Pero además dio otros batacazos: por primera vez conducirá Informática, de donde desalojó a la Juventud Universitaria Peronista (JUP), y Psicología, donde llegó como cuarta fuerza y dejó en el camino a la alianza integrada por La Cámpora y el Miles, a la izquierda y a La Mella (brazo estudiantil de Patria Grande, el frente alineado con Juan Grabois).

Esos tres grandes cambios de mando, coincidían ayer observadores de la política universitaria, permitían hablar de “un clima de época” en el que entran desde cuestiones coyunturales propias de la militancia de cada facultad hasta una suerte de “voto castigo” por elevación al oficialismo que gobierna el país.

Y, muy concretamente, de un avance de Franja Morada que “incluye mucho trabajo (y teletrabajo en pandemia) de la militancia. Ese entusiasmo, además, encuentra su germen en ver a sus principales fuerzas rivales divididas, sin liderazgos claros y con una representación a nivel nacional que no estaría haciendo las cosas muy bien”, admitían en el Rectorado.

La interna peronista

También en la JUP -que rompió con La Cámpora en Humanidades, Psicología y Periodismo y apenas pudo salvar la ropa en Medicina- reconocían el crecimiento morado e interpretaban lo del viernes como “un llamado de atención para pensar en la unidad del peronismo universitario. Quizá, de haber estado juntos, los resultados hubieran sido otros”. Contrafáctico o no, ese pronóstico era más bien un mensaje para sus compañeros de La Cámpora, con miras a las próximas elecciones estudiantiles, que se celebrarán también este año, pero en noviembre.

Más reticentes a la unidad se mostraban las huestes estudiantiles de la agrupación que a nivel nacional lidera Máximo Kirchner y que solo pudieron retener Artes (donde conducen junto con Miles) y Periodismo, que hace años está en poder de la agrupación Rodolfo Walsh. “Lo que se vio es un gran avance de Franja Morada, que hubiera ganado donde ganó aunque el peronismo hubiese ido junto”, zanjaban.

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Antes de seguir, un recuerdo inmediato. La fractura entre la JUP y La Cámpora, que terminó de cristalizarse en estas elecciones, tuvo como teatro principal el patio del Rectorado, cuando allá por febrero el presidente, Alberto Fernández, encabezó un mitin para bendecir a la nueva integración de la JUP (un armado en el que conviven sectores vinculados al concejal Guillermo “Nano” Cara; Conapla; la diputada Victoria Tolosa Paz y el exCámpora Marcel Aguilera, un funcionario de Sergio Berni en el Ministerio de Seguridad que enfrenta en Periodismo a La Walsh, base política de la exdecana y actual directora del Instituto Cultural bonaerense, Florencia Saintout). A aquella cita en el Rectorado faltó La Cámpora, que junto a La Mella preside la Federación Universitaria de La Plata (FULP), de la que no participa la JUP. Para muchos, el acto del jefe de Estado en la UNLP marcó un preludio de lo que se venía.

“Que el Presidente haya venido a apoyar a quienes además terminaron perdiendo solo sirvió para dividir más”, analizaba ayer un referente del peronismo tradicional en la Universidad y proponía hacer un zoom sobre el nuevo mapa estudiantil de la UNLP.

Para observar que el peronismo (por separado) alcanzó a reunir tres unidades académicas contras las nueve de Franja Morada, que además de Derecho, Informática y Psicología retuvo cómodamente Agrarias, Veterinarias, Económicas, el Observatorio, Arquitectura e Ingeniería.

Peso propio

Otro dato relevante. El reformismo sumó en estos comicios 37 consejeros estudiantiles, de los 85 que participan por el claustro en la Asamblea que elegirá al próximo presidente de la Universidad, cargo para el que la actual gestión postula a Martín López Armengol. Ese volumen de bancas contrasta, por ejemplo, con los poco más de 15 que cosechó el peronismo en sus diferentes versiones o los 13 de Patria Grande, dándole a Franja Morada un mayor peso sobre el resto de las agrupaciones.

Incluso, la nueva relación de fuerzas llevaba a algunos a proyectar un futuro “con nuevos aires para la Universidad”, que en su nuevo esquema de conducción prevé lugares de privilegio para La Cámpora: una de las vicepresidencias del Rectorado sería para la actual decana de Periodismo, Andrea Varela, y esa facultad se quedaría a su vez con la secretaría de Extensión.

La Cámpora, se dijo, encabeza también el frente de conducción de la FULP. “Pero el panorama cambia porque ganamos en más de la mitad de las facultades”, avisaban, envalentonados, los reformistas de Psicología. Y dejaban caer una pregunta: “¿Qué representatividad pueden tener las demás organizaciones si Franja Morada conduce la mayoría de los centros de estudiantes y por lo tanto es la agrupación más elegida de la Universidad?”.