Realizan tomografías a dinosaurios para saber más de su pasado

Como si pertenecieran a humanos contemporáneos, los restos fósiles de tres especies de dinosaurios con una antigüedad de entre 70 y 90 millones de años que habitaron lo que hoy es territorio argentino, están siendo estudiados a través de tomografías computadas en un sanatorio de la localidad de Plaza Huincul, en Neuquén, para profundizar las investigaciones paleontológicas acerca de sus características, y conocer un poco más acerca de su existencia pasada.

El director emérito del Museo Carmen Funes de Plaza Huincul, Rodolfo Coria, explicó que las indagaciones a través de tomografías “es una tecnología que hace años se está utilizando en las investigaciones paleontológicas en el mundo”, y de hecho, recordó que la primera que él hizo de este tipo fue hace 20 años.

“Utilizar tomografías - indicó Coria - nos permite tener acceso e información que, de otra manera, no podríamos obtener. Es meternos en el interior de las piezas y reconstruir las estructuras internas de los elementos estudiados, ya sea huesos o huevos fósiles”.

“El tomógrafo – agregó el paleontólogo - genera una imagen de su interior y hay veces, no siempre, que esa imagen permite obtener información que para lograrla de otra manera habría que romper el hueso o recurrir a procedimientos más traumáticos, más físicos, no tan virtuales, como se hacía en el pasado”.

El científico argentino aclaró que “no es que se rompían huesos para ver su interior, sino que se aprovechaban los huesos rotos para poder ver en su interior. En cambio, ahora, con el tomógrafo, en el caso particular de los huesos de algunos linajes de dinosaurios que se caracterizan por haber sido muy livianos y huecos en vida del animal, esa neumaticidad el tomógrafo la puede detectar de una manera muy clara, y nos permite obtener información que de otra manera no se podría. Sin embargo, en el caso de los huevos no es tan claro y fue más que nada un ensayo para ver si podíamos utilizar el tomógrafo para ver determinadas estructuras”.

El Murusraptor fue otra especie de dinosaurio carnívoro que pasó por el tomógrafo

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“Así – añadió - tomografiamos huevos con embriones y otros cerrados porque queremos ver cómo reaccionan los embriones en términos de imágenes en el tomógrafo para, quizá, identificar contenido embrionario sin romper los huevos a partir de la imagen virtual”.

En este marco, restos fósiles de tres familias distintas de dinosaurios pasaron por el tomógrafo, un Aucasaurus, el Murusraptor y una nueva especie que está en estudio, sobre lo que se explicó que “el Aucasaurus es un dinosaurio carnívoro que sacamos en el yacimiento Auca Mahuevo, de la formación geológica “Anacleto”, en el norte de Neuquén, con una antigüedad de 70 millones de años, y habría sido la forma predadora en este ecosistema donde seguramente se habría alimentado de los huevos y de los embriones y de las crías y habría actuado, entendemos nosotros, como un buen elemento de control poblacional”.

El Murusraptor fue otra especie que pasó por el tomógrafo y, según se destacó, es otra familia de dinosaurios carnívora que se encontró en Sierra Barrosa, en la formación del mismo nombre, y que tiene una antigüedad de 80 millones de años.

“Seleccionamos vértebras para ver su eventual neumaticidad (cavidades de aire en los huesos) y también tomografiamos una tercera especie que estamos estudiando, un dinosaurio carnívoro que encontramos a unos 20 kilómetros de Plaza Huincul en rocas de 90 millones de años de antigüedad, en la formación Huincul”.

Coria y sus colaboradores agradecieron la “generosidad” del sanatorio para realizar las tomografías que permitirán profundizar las investigaciones que llevan adelante, “porque el acceso a este tipo de tecnología permite que instituciones como museos, que es impensable que puedan tener presupuesto para adquirirla, lo podamos hacer sobre la base de la buena voluntad de centros hospitalarios como en este caso”.

El equipo de trabajo que participó de los estudios realizados en el centro de salud estuvo integrado por Rodolfo Coria, Mattia Baiano e Iván Capurro, del Museo “Carmen Funes”, con la asistencia en el manejo del tomógrafo del técnico Gabriel Iril, del Sanatorio Huincul.

EL DINOSARIO HERBÍVORO MÁS GRANDE DEL MUNDO

Cabe destacar que el Museo Carmen Funes de la ciudad neuquina de Plaza Huincul, alberga los restos fósiles de uno de los dinosaurios herbívoros más grandes hallados en el mundo, cuya antigüedad alcanza los 65 millones de años, el “Argentinosaurus huinculensis”, que lleva esa denominación porque fue hallado en cercanías de Plaza Huincul, en la provincia de Neuquén, en el año 1989.

Se trata de un dinosaurio que vivió en la región petrolera de Neuquén hace 65 millones de años, en el Cretácico Superior, que se alimentaba del follaje de árboles y plantas, tenía un cuello largo y cuatro enormes patas que sostenían un peso de casi 100 toneladas en un cuerpo de 40 metros de largo y 8 metros de altura, mientras sus vértebras medían 1,65 metros de alto y los científicos lo comparan con el tamaño de siete elefantes africanos.

Neuquén es una provincia con ricos yacimientos paleontológicos donde se han descubierto distintas especies de dinosaurios y nidadas de huevos, como por ejemplo el “Giganotosaurus carolinii” (Gigante del Sur), descubierto por Rubén Carolini, aficionado a la paleontología en cercanías de Villa El Chocón, en Neuquén, al que se considera el dinosaurio carnívoro más grande hallado en el mundo, desplazando al “Tyranosaurus rex”, que vivió en territorios que hoy pertenecen a Estados Unidos. Era un animal que vivió en el período Cretácico, entre 99,6 y 96 millones de años atrás, su largo era de 15 metros con una altura de 8 metros, grandes mandíbulas y dientes para atrapar a sus presas y un peso de 10 toneladas.