Por un embiste fatal, 3 años de prisión en suspenso y 8 para volver a conducir

La Justicia Penal de La Plata resolvió el caso de la muerte de Emanuel Carllinni en un accidente de tránsito en La Plata. El joven tenía 24 años cuando, el 24 de mayo de 2019, un auto conducido por una mujer identificada como Aída Heredia lo embistió en las calles 19 y 527. El impacto fue terrible y sus consecuencias fatales. Ayer, el Juzgado Correccional N° 5 de nuestra ciudad convalidó el acuerdo al que arribaron la fiscalía de juicio y la defensa de la imputada, que estableció tres años de prisión en suspenso y ocho de inhabilitación para conducir.

Quebrada de dolor y decepcionada, Silvia Beatriz Cirone, su mamá, le dijo ayer a este diario que siente “un vacío total, bronca e impotencia. Nosotros estamos muertos en vida y ella (por la acusada) sigue normalmente como si nada”.

A su turno, Diego Lacki, uno de sus abogados que representó al particular damnificado, reflexionó acerca de lo sucedido y le comentó a EL DIA que “todo este tiempo, tanto Silvia como Olner, sus queridos padres, se sostuvieron con la expectativa de que se haga justicia por su querido hijo. Seguramente los padres no van a encontrar consuelo nunca, jamás una condena les devolverá la vida de su hijo, pero la justicia les ha dado una respuesta. La justicia se humanizo frente a este tipo de situación, porque su decisión claramente impacta en la vida de esta y de muchas familias”.

Como se recordará, el caso ocurrió cuando Emanuel, que iba en moto, fue impactado por un auto.

A entender de la fiscalía que instruyó el caso, Heredia fue autora del delito de “homicidio culposo agravado”.

Fue después de analizar las pruebas, que la condujeron a este proceso oral.

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Al recordar a Emanuel, Cirone mencionó que “fue un niño prodigio, con un coeficiente intelectual altísimo por lo que acumulo cientos de medallas. Como persona era un ángel puro, con un alma transparente, amado y respetado por todos los que lo conocían. Hablaba tres idiomas y era profesor de artes marciales. No tenía descanso. Su día estaba completo con tantas actividades”.