El menú electrónico: también puede atentar contra la salud
Edición Impresa | 28 de Julio de 2022 | 03:14

Así como existen las dietas de comidas, y en ese sentido una alimentación equilibrada beneficia a la salud, los tiempos modernos han traído, con su tecnología, lo que ya se denomina como la “dieta digital”, que implica todo aquello que se consume a través de internet. En este sentido, los especialistas aseguran que, al igual que con las comidas, llevar adelante un uso adecuado y controlado de la tecnología, es un aspecto de la vida que también se debe cuidar y tener en cuenta para alcanzar un bienestar pleno en lo personal y en la convivencia con los demás. Porque la “dieta digital” también hace a la salud.
Es así como los expertos en seguridad “on line” y bienestar digital han acuñado un nuevo término para describir el uso de la tecnología dentro del núcleo familiar y el contenido preponderante de las actividades e interacciones en Internet que efectúan sus integrantes con mayor frecuencia, llamado la “dieta digital familiar”.
“Actualmente – asegura Eduardo Cruz, director ejecutivo de la plataforma de control parental y bienestar digital “Qustodio” - casi todo el mundo conoce los beneficios de seguir una dieta alimenticia equilibrada y saludable, y de la misma manera tenemos que trabajar y colaborar para que la sociedad en general también entienda que una `dieta digital´ equilibrada es una pieza más que debemos cuidar y tener en cuenta para poder alcanzar un bienestar personal pleno y en convivencia con los demás”.
En este marco, los especialistas recomiendan que la dieta digital familiar “incluya momentos para compartir el mundo digital en familia, pero siempre en un balance que permita conseguir los objetivos personales en la vida pero que también apoye los objetivos de los demás”.
Cruz, por ejemplo, describe a una dieta familiar ideal como “el modo perfecto de hacer uso de la tecnología en el núcleo familiar y también fuera de ese entorno”, aunque admitiendo que esto es algo realmente complicado de lograr, ya que “vivimos en una sociedad en la que tenemos la constante necesidad de estar conectados para sentir que estamos en contacto con el mundo, con la realidad, y a menudo nos perdemos lo que está pasando realmente a nuestro alrededor”.
Como se sabe, en la actualidad lo digital abarca gran parte de nuestras vidas, desde el colegio o el trabajo hasta el ocio y el entretenimiento, pasando por la necesidad de comunicarnos con el resto de las personas, con la comodidad añadida de poder hacerlo desde casa.
“Pero al mismo tiempo - explica Cruz - lo digital nos aleja más del contacto directo o de las actividades al aire libre, y eso es lo que hay que evitar, por lo que hay que encontrar un equilibrio entre ambas facetas, es decir entre la vida virtual y la vida real”.
Se sugiere marcar tiempos y rutinas para las pantallas y limitarlas antes de acostarse
Para otros especialistas, en tanto, “lograr el equilibrio es un trabajo conjunto de todos los miembros de la familia, aunque siempre esa búsqueda debe empezar por los padres, ya que los adultos tienen mejores capacidades de gestión y autocontrol y son quienes deben encargarse de educar a los niños en lo digital, como lo hacen en su día a día con otras cuestiones. Hay que marcar pautas, horarios, y crear rutinas que cumpla toda la familia para que el uso saludable de la tecnología se establezca de forma natural y se asimile como algo normal”.
UNA DIETA EQUILIBRADA
La mayor parte del tiempo, la tecnología es algo que se utiliza de modo individual, lo que muchas veces puede llevar a que la familia quede distanciada, aunque comparta el mismo entorno. Es por esto que para evitar que la interacción con Internet sea un momento de aislamiento, los especialistas en esta materia consideran importante que las familias “hagan también un uso conjunto de la tecnología, es decir, que utilicen las herramientas digitales para realizar actividades en familia, jugar a juegos o ver películas, mejorando y reforzando así la relación”.
También, muchos expertos han observado que hay muchas personas que, para evitar ese aislamiento, deciden eliminar por completo, durante un tiempo, todo contacto con lo digital, aunque pareciera que esa tampoco sea una buena solución, ya que, una vez acabado ese periodo, suelen volver a una dinámica normal de “hiper conectividad” y exceso en el uso de pantallas.
“Ese es un proceso similar al de las ‘dietas milagro’ de la alimentación – señala Cruz – que no funcionan a largo plazo. Por eso lo ideal es encontrar un equilibrio entre las horas que pasamos conectados frente a las pantallas y las horas que disfrutamos alejados de ellas, y convertir ese equilibrio en una rutina saludable que perdure a lo largo del tiempo, buscando momentos de desconexión, marcando horarios, y no centrando el ocio o entretenimiento exclusivamente en las pantallas. Eso puede ayudarnos a mejorar nuestra relación con nosotros mismos y con la tecnología, y así evitar los problemas que puede causarnos un mal uso de lo digital”.
Cabe destacar que una rutina digital descontrolada, excesiva y continuada que no respete horarios para dormir, absorba casi todo nuestro tiempo y esté incluida en todos los aspectos, como entretenimiento, ocio, actividades sociales, trabajo, o formación, puede tener consecuencias severas, como la adicción a las pantallas, dependencia, ansiedad, trastornos del sueño o aislamiento.
“Lo digital nos aleja más del contacto directo o de las actividades al aire libre, y eso es lo que hay que evitar”
Eduardo Cruz,
Director ejecutivo de la plataforma de control parental y bienestar digital “Qustodio”
En este contexto, los especialistas en bienestar digital consideran algunas prácticas importantes para mejorar la dieta digital en el ámbito familiar. Una de ellas es predicar con el ejemplo, ya que “los más chicos son como esponjas, y sus familias son sus primeros referentes de comportamiento en todos los campos que conforman su vida. Por lo tanto, a los menores les influye más el comportamiento que observan en los adultos, que aquello que se les pueda recomendar verbalmente, por lo que es importante ser consecuentes con lo que se les dice y lo que se hace, y enseñarles una rutina saludable desde la acción”.
Otro punto es crear comunicación y confianza, ya que muchas veces se olvida que es importante tratar a los pequeños de la misma forma en la que se pretende que respondan.
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