Antecedentes de otro mes plagado de episodios sangrientos

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La Región viene transitando tiempos turbulentos a causa de diversos crímenes que se cometieron durante los últimos meses. Junio cerró con un total de 6 homicidios y fue el periodo con más asesinatos. Sin embargo, el mes de julio -al cual le faltan tan sólo tres días para concluir- se acerca cada vez más a esa escalofriante cifra sangrienta, con 5 homicidios.

El primero fue el crimen de Pía, una niña de 2 años que murió al recibir un disparo en la cabeza producto de una disputa territorial. El trágico hecho ocurrió el martes 5, en una vivienda de 50 y 123, en la ciudad vecina de Ensenada.

Según testigos, varias personas arremetieron contra una propiedad en donde la nena estaba junto a su familia. Fue en ese momento de la balacera que uno de los proyectiles le pegó a la pequeña Pía en la cabeza y provocó su deceso casi en el acto, pese a un desesperado traslado al hospital Gutiérrez. Por este caso, hay un detenido.

Tres días después, en otro sangriento ataque, una interna de la Unidad Penal 45 de Melchor Romero fue degollada por otra reclusa durante una aparente discusión. La víctima fue identificada como, Daniela Dublones (55).

El cuarto hecho macabro del mes de julio se produjo el viernes 15, en 604 y 125, donde un hombre -identificado como Marcos Berón- mató a su expareja, Nadia Genard (34) de un disparo, prendió fuego el lugar y luego se suicidó con la misma arma. En este suceso también resultó herida la cuñada de la víctima fatal, quien se encuentra aún internada, luchando por su vida.

En tanto, el 19 de este mes un hombre de 41 años fue asesinado. El cuerpo de César Oliva fue hallado con un disparo en la oreja en 523, entre 152 y 153.

El último trágico episodio (ver aparte) se asemeja al caso del joven con trastornos psiquiátricos que mató a cuchillazos a su padrastro en City Bell.

El sangriento episodio se produjo en una vivienda ubicada en calles 461e y 13c, donde efectivos policiales acudieron después de un llamado al 911.

Al llegar a la escena del hecho, la Policía se encontró con un adolescente de 16 años, sumido en un mar de sangre y en un estado de shock, quien confesó haber asesinado a su padrastro de 36 años, de nacionalidad boliviana. El cadáver del hombre se encontraba en el dormitorio. En el lugar, los peritos secuestraron una cuchilla con la que estiman se cometió el crimen.

Los informes preliminares indicaron que el joven sufre de brotes psicóticos y padece problemas psiquiátricos. A su vez, se determinó -mediante testimonios del autor del crimen y sus familiares- que el padrastro lo sometía a malos tratos.

Voceros del caso informaron en su momento que el adolescente se habría negado a continuar con su tratamiento médico, y ese habría sido el motivo que derivó a que el joven padeciera un nuevo brote psicótico. De igual manera, quedó imputado por “homicidio”, en una causa que investiga el Fuero Penal de Responsabilidad Juvenil.

 

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