El sueño de la casa propia sepultado por la tragedia

Inmersa en una profunda congoja, la abuela de la nena de 2 años asesinada en el barrio El Dique de Ensenada se refirió al demencial ataque que sufrió su familia, presuntamente a manos de un grupo de personas que la estafó.

Sumida en el desconsuelo, la mujer explicó a este diario los pormenores de este fatídico episodio que tuvo lugar el martes por la noche en 50 y 123. Además relató el presentimiento que tuvo cuando estaba en la comisaría radicando la denuncia por amenazas de muerte.

“Tiraron directamente a la nena, se la quisieron llevar”, denunció. “Compré la casa hace dos días, la pagué 1.800.000 pesos y sólo faltaba pagar 180 mil pesos. Quedamos que a las 19.30 nos encontrábamos acá en la casa, porque me iban a explicar sobre una falla eléctrica. Pero cuando vinimos nos encontramos con que habían arrancado todas las puertas, por eso discutimos y llamamos a la Policía”, aseguró.

“En la pieza estaba la mujer que me vendió la casa y otros cuatro masculinos en la pieza drogándose y tomando bebidas alcohólicas. Yo estoy embarazada y cuando me agreden, mi marido los saca. Cuando llega la Policía salen y me dicen que iban a venir a atacarnos a tiros. Me rompieron todo”.

Los sujetos cumplirían finalmente con la amenaza horas más tarde. Alrededor de las 23, arribaron a la vivienda en dos motos y abrieron fuego contra el frente de la morada. Toda esta secuencia tuvo lugar cuando la dueña de casa estaba haciendo la denuncia por amenazas de muerte.

Uno de los tiros fue a dar al rostro de la pequeña de dos años.

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A raíz de la herida mortal que sufrió terminó falleciendo a los pocos minutos cuando era trasladada al Gutiérrez. De un momento a otro, el hogar anhelado y soñado durante tantos años por esta familia, de un pasado reciente muy complejo, terminó convirtiéndose en la casa del horror.

Si bien recién se enteró de la terrible noticia cuando estaba retornando a su casa, en la Comisaría de la Mujer ya tenía la certeza de que su familia había caído en desgracia.

Quizás guiada por su instinto materno, la mujer no dudó en relacionar la persecución de dos motos que se estaba transmitiendo vía radial con una tragedia que involucraba a los suyos. Lamentablemente, no se equivocó.