Feroz asalto armado frente a un destacamento policial

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Un hombre de 44 años y su madre, de 74, vivieron ayer por la madrugada un terrorífico momento en su casa ubicada justo enfrente de la comisaría Nº 3 de Ensenada, en la zona de 122 y 47, El Dique, tras ser sorprendidos por dos violentos delincuentes armados que los despojaron de varios miles de pesos, alhajas y electrodomésticos.

Si bien para las víctimas fueron dos los involucrados, en base a testimonios de vecinos que señalaron haber visto una bandita rondar por el barrio, los investigadores no descartan la participación de un tercer sospechoso a quien le habrían asignado los roles de “campana” y “chofer”.

Por la escasa proximidad con el destacamento policial allí ubicado (la comisaría Nº3), el hecho causó un fuerte revuelo en el vecindario.

Son días convulsionados en la zona ya que este episodio tuvo lugar tan sólo unas horas después del macabro asesinato de una nena de 2 años, ejecutada de un balazo en una casa ubicada en 123 y 50, en el marco de lo que parecería ser una oscura trama de estafas y ajuste de cuentas.

Según fuentes oficiales, sobre el robo hasta el momento se tiene que además del despojo de pertenencias y de los destrozos provocados en el inmueble, tanto el hijo como la madre fueron sometidos a una sesión de terror psicológico al ser obligados a entregar sus objetos de valor bajo amenazas de muerte.

Fue así que ambos sujetos lograron reunir un suculento botín compuesto por un monto cercano a los 200 mil pesos, alhajas y electrodomésticos.

El hecho ocurrió a eso de las 5 de la mañana, cuando las víctimas se encontraban descansando. Tras penetrar la propiedad por un patio trasero, sin preámbulos, los individuos comenzaron a lanzar serias amenazas para tomar el control del lugar.

“Venimos por los dólares”, destacaron los ladrones antes de desplegar todo un arsenal de torturas psicológicas contra la dueña de casa.

Ante la negativa de la mujer a los requerimientos de los sujetos, los sujetos decidieron atarla, amordazarla y conducirla a otra habitación. En reiteradas ocasiones la mujer indicó que no tenía ahorros en su poder.

Pero los sujetos estaban convencidos de que había “plata grande” en la casa. Y en ese marco, decidieron emprenderla contra el hijo. Después de varios minutos de careo, finalmente consiguieron doblegar la voluntad del hombre. Tras revelar dónde estaba el dinero, también lo ataron y abandonaron a su suerte.

La suculenta cifra “recaudada” no fue suficiente para estos malvivientes y fue así que, a último momento, cuando prácticamente tenían un pie fuera de la casa, decidieron agrandar el botín. Fue así que tomaron todo cuanto encontraron lo cargaron en sus bolsos y abandonaron la casa para luego abordar un vehículo que, según se presume, estaba estacionado a unos metros de la entrada.

 

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