Personas de rostros parecidos tienen similitudes en su ADN y personalidad

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Durante décadas la existencia de individuos que se parecen entre sí sin existir ningún vínculo familiar ha sido descrita como un hecho anecdótico y sin ninguna justificación científica. Sin embargo un estudio publicado en la revista Cell Reports acaba de revelar que aquellos que tienen una cara similar no sólo comparten el aspecto físico sino también gran parte del genoma y rasgos de la personalidad

El extraño hallazgo fue realizado por investigadores del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras de Barcelona mientras analizaban 32 parejas de dobles sin relación familiar en busca de respuestas a la vieja pregunta de si “nacemos” o ”nos hacemos”.

Los investigadores españoles utilizaron tres algoritmos diferentes de reconocimiento facial para determinar una medida objetiva de semejanza de las parejas. Los participantes también rellenaron cuestionarios sobre su estilo de vida y proporcionaron muestras de saliva para el análisis del ADN.

“Este conjunto único de muestras nos permitió estudiar cómo la genómica, la epigenómica y la microbiómica pueden contribuir al parecido humano”, explicó el doctor Manel Esteller, autor principal de la investigación.

Según sus hallazgos, la variación genética compartida no sólo está relacionada con una apariencia física similar sino que también puede influir en comportamientos y hábitos comunes.

Los resultados revelaron que las parejas parecidas compartían composiciones genéticas similares, o “genotipos”. Sin embargo, diferían en la metilación del ADN (la regulación de la expresión génica) y en los paisajes del microbioma (comunidades de bacterias, virus y hongos).

Los rasgos físicos, como el peso y la altura, y los de comportamiento, como el tabaquismo y la educación, se correlacionaron entre los parecidos. Esto sugiere que la variación genética compartida no sólo está relacionada con una apariencia física similar, sino que también puede influir en comportamientos y hábitos comunes.

“Nuestro estudio proporciona una visión poco común de la semejanza humana al demostrar que las personas con rostros extremadamente parecidos comparten genotipos comunes, mientras que son discordantes a nivel del epigenoma y el microbioma”, detalló el experto, quien también es profesor de Genética en la Universidad de Barcelona.

Aunque los investigadores destacan varias limitaciones del estudio, como el pequeño tamaño de la muestra, el uso de imágenes 2D en blanco y negro y la falta de diversidad entre los participantes, esperan que los resultados puedan resultar útiles para futuros estudios en los campos de la biomedicina, la evolución e incluso la medicina forense

Este año otro estudio realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Adelaida utilizando una base de datos de medidas faciales y corporales de casi 4.000 individuos determinó que la probabilidad de encontrar dos rostros con las mismas medidas en la población general es inferior a una en un trillón.

 

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