Revisión del acuerdo en un contexto global “más difícil”

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Javier C. Bugarín - Paula Escalada

Columnistas de la agencia EFE

El Gobierno argentino y el FMI cerraron la segunda revisión del acuerdo de refinanciación de deudas alcanzado entre ambos en marzo, en un contexto global “más difícil” por las presiones inflacionarias, el endurecimiento de las condiciones financieras y la desaceleración de la economía mundial.

El acuerdo todavía está sujeto a su aprobación definitiva por parte del Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI), que tiene prevista una reunión en las próximas semanas, y una vez completada la revisión, Argentina tendría acceso a unos 3.900 millones de dólares.

Esta revisión trimestral forma parte del programa de facilidades extendidas (EFF) que la administración de Alberto Fernández y el FMI sellaron a finales de marzo para refinanciar un préstamo de más de 40.000 millones de dólares.

La entidad consideró que “las recientes y decisivas” medidas adoptadas por el Gobierno están contribuyendo a restaurar la confianza y fortalecer la estabilidad macroeconómica, en un país que atraviesa serios desequilibrios monetarios y fiscales desde hace cuatro años. “La implementación decidida de políticas sigue siendo esencial para consolidar la estabilidad macroeconómica y comenzar a abordar los desafíos arraigados de Argentina, en particular la inflación alta y persistente”, señaló el FMI.

El personal técnico del Fondo y las autoridades argentinas acordaron que los objetivos establecidos en la aprobación del acuerdo “permanecerán sin cambios” hasta 2023, incluidos los relacionados con el déficit fiscal primario (2,5 % del PIB en 2022) y las reservas internacionales netas (5.800 millones de dólares para este año).

En ese sentido, el organismo multilateral detalló que el nuevo marco macroeconómico refleja “un entorno global más difícil” y las recientes “presiones” del mercado interno, lo que obligó a corregir al alza las previsiones de inflación, que acumuló un incremento del 56,4 % en los ocho primeros meses del año, por lo que va camino de superar el rango del 52-62 % previsto para este año.

Sin embargo, “las acciones decididas” del nuevo equipo económico están disipando las presiones del mercado, lo que deja sin cambios la perspectiva de crecimiento del 4 % para este año, al tiempo que contribuirán a una “moderación gradual” de la inflación durante el resto de 2022 y 2023.

Asimismo, el FMI destacó que la mayoría de los objetivos del programa cuantitativo hasta finales de junio se cumplieron, salvo por la menor acumulación de reservas internacionales, fruto del aumento de las importaciones y las “demoras en el apoyo oficial externo”.

“Acordaron que los objetivos establecidos en la aprobación del acuerdo “permanecerán sin cambios” hasta 2023”

En una comparecencia de prensa posterior a la reunión con Alberto Fernández, Kristalina Georgieva destacó el “pleno compromiso” del Gobierno argentino con el programa pautado con el FMI, cuyas metas podrían sufrir nuevas modificaciones en un futuro. “Debemos analizar el tema de las metas en función del programa, los avances y las condiciones para la implementación, teniendo en cuenta la importancia de anclar la economía en el contexto del programa de cara al futuro”, aseveró la titular del FMI.

La economista búlgara también subrayó el “fuerte equipo” con el que cuenta el ministro argentino de Economía, Sergio Massa, que asumió el cargo el pasado 3 de agosto en medio de fuertes tensiones cambiarias y financieras y divisiones en la coalición gobernante.

COMPROMISOS PARA 2023

El jueves pasado, el Gobierno argentino cristalizó su compromiso con el FMI mediante el proyecto de ley de Presupuesto 2023 que remitió al Parlamento para su tratamiento y aprobación.

El presupuesto, que estima un crecimiento del 2 % y una inflación del 60 % para el próximo año, contempla el cumplimiento de las principales metas con el FMI, como la reducción del déficit fiscal (1,9 % del PIB), la contracción de la asistencia monetaria al Tesoro (0,6 % del PIB) o la acumulación de reservas.

En este marco, el Ejecutivo prometió continuar “por el camino de la normalización macroeconómica mediante la premisa de recuperar el fortalecimiento progresivo de los recursos y garantizar el orden fiscal”, profundizando a la vez los estímulos a la inversión, la producción y el empleo.

 

 

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