De Río Gallegos a Hollywood: Kathy Schenfelt, la argentina que marca tendencia en Los Ángeles

Con poco más que una computadora, el ingenio y la voluntad, Kathy Schenfelt fue de Río Gallegos a Hollywood, donde hoy asesora a modelos e influencers. UN camino que inició con solo 16 años, cuando lanzó un proyecto de fans de la saga “Crepúsculo” que rápidamente se convirtió en algo mucho más emocionante: acumuló más de un millón de seguidores, dos sitios web, nueve miembros trabajando en pro del fans club, y más notablemente, atrajo la atención de Summit Entertainment (productora de la mismísima película). 

Su vida comenzó entonces a cambiar: desde afuera reconocían su talento como estratega digital, y Schenfelt comenzó a trabajar de forma freelance para compañías como Lionsgate, Warner Bros. Pictures, LifeTime, además de brindar consultorías a gente de la industria que estaba en las primeras etapas de posicionamiento de su presencia online. Allí se dio cuenta del potencial sin explotar, y creó una agencia de digital y redes sociales llamada The W-List. Todo desde Río Gallegos. Recién a los 22 años partió hacia Los Ángeles, buscando pegar el salto con su agencia.

Las nacientes redes sociales se convirtieron para ella en una gran oportunidad. “Pueden ser algo bueno, pueden ser algo malo…”, reflexiona. “El mundo corporativo se frustra, es difícil destacarse en las redes, hay mucha oportunidad pero mucha competencia. Pero es una chance que nunca antes existió, y va a seguir creciendo: alguien, de forma instantánea, puede pasar de ser una persona ordinaria a una persona famosa. En cuestión de horas: subiste un video a Tik Tok, se hizo viral y te cambió la vida. Por otro lado, una de las cosas más negativas de las redes sociales, es algo que existió siempre pero que se magnifica con las redes: no es el lado comercial, es lo personal, tiene que ver con los niños que tienen acceso al teléfono, a las redes, y tienen acceso al mundo, en segundos… Eso puede generar que se expongan a cosas que les bajen la autoestima: creo que eso es lo más feo que tienen las redes, y no parece haber forma de controlarlo”. 

Schenfelt construyó así una carrera estelar en una década. “Empecé con 16 años, caí en este mundo del espectáculo con apenas 16 años, y hoy con 28, miro para atrás y decir ‘guau, hice cosas que en ese momento no me daba cuenta la magnitud que tenían’”, se ríe, en diálogo con EL DIA; desde aquel viaje a los 22 a Los Ángeles se graduó en Industrias Musicales en UCLA y fundó SCH Entertainment, una empresa paraguas que alberga varios emprendimientos (entre ellos The W-List,  catalogada como una de las agencias top de comunicaciones digitales con sede en Los Ángeles) y Missmanaged, una firma boutique de representación de talento y música.

Si bien la mayor parte del tiempo de la joven de 28 años lo pasa como presidente de Missmanaged y representante de artistas, Schenfelt no planea reducir la velocidad en el corto plazo y disfruta compartir su amplio conocimiento con otros, frecuentemente hablando en eventos públicos y sirviendo como editora invitada en numerosas publicaciones.

“Tuve la suerte de que en ese momento no había tanta gente haciendo lo que hacía, era más fácil destacarse. Pero sigo creyendo que si bien hoy es más difícil, si uno tiene creatividad y es consciente de que el camino viene con mucho sacrificio, hay formas de destacarse”, dice Schenfelt, una de las primeras en trabajar con influencers “antes de que 

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existiera la palabra influencer".

Pero desde que comenzó a hacer camino en Hollywood, una preocupación persigue a la emprendedora: la conexión se pierde, se disipa, se complejiza, en tiempos de hiperconexión digital. En ese sentido, busca lanzar antes de fin de año Only Guests, una comunidad para creativos, líderes empresariales y creadores de cambios con el objetivo de conectar a las mujeres que se desarrollan en los rubros de entretenimiento, moda, tecnología y belleza.

Lo que busca, dice, es crear “una comunidad de mujeres en el ámbito del entretenimiento que puedan conectarse con gente que no hubieran conocido de otra forma. Pero haciendo énfasis en lo humano: querer crear una comunidad, sentir una conexión personal: algo que encontré en Hollywood es que todas las relaciones son demasiado transaccionales. Todos quieren hablar para ver qué les podés dar. Eso nunca me gustó, no me acostumbré, y al pasar los años creo que una de las cosas que más extrañaba es esa calidez argentina de juntarse a tomar mates con amigos”.

De la misma forma, su firma boutique de representación busca tener pocos clientes, para fortalecer esa conexión. “En la agencia tenemos más de 30 clientes, pero yo personalmente represento solo a 5: puedo dedicarles tiempo, tener una relación de confianza. Y ese es el beneficio que ven los clientes cuando vienen a trabajar con nosotros”, explica. Es que “cuando se trata de representación artística, lo más importante es encontrar un punto en común, tratar de ver la calidad humana del otro: no tratar a los clientes como si fueran un número, un cajero automático. Acá hay muchísimas agencias que son excelentes pero tienen tantos clientes, que es muy difícil poder prestar la atención necesaria a cada persona”.

De la misma manera, Schenfelt dice que si bien tiene muchos proyectos abiertos, es importante mantener un equilibrio para poder dedicarle el tiempo que merece a cada uno. “Siempre todo en su medida: si tenés un millón de cosas es muy difícil que concretes los proyectos, es importante encontrar un balance. Yo trato de manejar ese equilibrio, tengo tres proyectos con los que estoy enfocadísima, y trato de dividir mi tiempo pensando en qué necesita prioridad en ese momento. En este momento, es mi agencia de representación artística, porque es un momento del año donde aparecen muchos proyectos para nuestros clientes”, avisa.