Susan Sontag: escritos de una vida

Se trata de “Obra imprescindible”, un voluminoso libro que reúne estudios, ensayos, artículos, relatos y fragmentos de novelas de la genial autora

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“Obra imprescindible”, un voluminoso libro de más de 750 páginas, reúne una selección de la obra de Susan Sontag, una de las escritoras e intelectuales más trascendentales de la segunda mitad siglo XX, pergeñada al detalle y prologada por el hijo de la autora -el crítico cultural e historiador David Rieff- con la idea de que esta serie de estudios, ensayos, artículos, relatos y fragmentos de novelas y de diarios ofrezcan un retrato rico y sólido de su trayectoria y sean, además, una prueba perdurable de la originalidad de sus textos.

Sontag nació en 1933 en Nueva York, se crió en los suburbios de Los Ángeles y, en la alternancia del rol de ensayista, novelista, dramaturga, cineasta y activista, se convirtió en una intelectual única en su clase. Con la misma precocidad que la llevó a leer a los tres años, a escribir a las seis y a hacerse a los veinte un lugar en las universidades de Chicago, Oxford y París, Sontag fue pionera en captar lo “camp”, una sensibilidad popular cercana al mal gusto y que interpelaba a la idea de alta cultura e hizo de ella misma una celebridad que se codeaba con Jackie Kennedy y sorprendía a Andy Warhol. Pero además, repensó la literatura y el cine, escribió ensayos que resuenan sobre la fotografía, no evadió las polémicas de clave política y se animó a tomar postura ante la guerra en Vietnam y Sarajevo.

La forma en la que está hilvanado “Obra imprescindible” (Penguin Random House) da cuenta de esa trayectoria e incluye textos icónicos como “Contra la interpretación”, “Sobre la fotografía” o “La enfermedad y sus metáforas”, sumamente iluminador para pensar hoy la pandemia. También está el relato de la visita que en 1947 le hizo a Thomas Mann, un discurso en Frankfurt en 2003 donde plantea que el rol de la literatura “es formular preguntas y elaborar afirmaciones contrarias a la beatería imperante” y un texto que aparece por primera vez editado en un libro, “El tercer mundo de las mujeres”, de 1972, donde la liberación femenina se aborda con un tono sorprendentemente actual. “Si la mujer cambia, el hombre se verá obligado a cambiar. Pero estos cambios del hombre no acaecerán sin considerable resistencia. Ninguna clase dominante ha renunciado jamás a sus verdaderos privilegios sin oponerse a ellos”, advirtió Sontag.

Rieff inaugura el volumen con un prólogo y una cita al más célebre escritor argentino, autor de “El Aleph”. “Borges afirmó que cuando los escritores mueren se convierten en libros, lo que, al fin y al cabo, no es una encarnación tan mala”, recuerda el hijo de Sontag. No se trata de una simple cita de autoridad, sino más bien de dar cuenta de la peculiar idea de trascendencia que tenía la autora y que él buscó preservar al momento de pensar la selección de textos: “Lo que mi madre más ambicionaba era que su obra fuera recordada por la perdurable originalidad de lo que había hecho, pensado y escrito, y no porque había sido famosa. En algún sentido compartía el punto de vista de Borges, si bien la versión de este era conciliadora y la suya estaba electrizada por el terror a la extinción. Pues ella era la mujer que, siendo aún muy joven, había escrito en su diario: “No puedo imaginar el mundo sin mí´”.

Periodista, crítico cultural y autor de libros como “Contra la memoria” y “El oprobio del hambre”, Rieff cuenta que la idea de la compilación surgió hace cuatro años cuando el último editor de Sontag, Claudio López Lamadrid, aprovechó un almuerzo en el Festival Hay de Cartagena para garabatear ante un posible índice en una hoja con el membrete del hotel. El libro tiene, además, otro “padre”: el poeta Aurelio Major, traductor de la obra de Sontag. “Aurelio se ha ocupado durante muchos años de la obra de mi madre en lengua española, una suerte de intensa vigilancia que ha sido todo menos fácil”, sostiene Rieff sobre su rol. Buena parte de los textos de “Obra imprescindible” son los que la autora consideró como sus piezas más destacadas.

El libro abre con “Contra la interpretación” de 1966, el primer ensayo que escribió y le valió reconocimiento internacional. Allí se observa un gran esfuerzo por otorgar otro nivel a las nuevas tendencias en el arte y la cultura. Es una suerte de nueva hipótesis para entender las vanguardias neoyorquinas y europeas pero también una defensa del gusto personal y un nuevo canon que salía a la luz.

Rieff encuentra otro punto de contacto entre el presente y la obra de su madre, quien murió en 2004 de cáncer sin poder cumplir su deseo de vivir muchos años “para ver hasta dónde llega la estupidez”. “Ella entendió bien que la trayectoria humana no iba a algo mejor, sino a algo mucho peor. ¿Hubiera ella pensado en (Donald) Trump? Probablemente no, pero tenía una visión muy pesimista de EEUU, y entonces no creo que hubiese estado tan sorprendida por Trump. Ni por la idiotez del `woke´. En EEUU la lucha contra la imbecilidad es constante”, contó Rieff.

 

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