Festejos que terminaron en la nada

De locos fue por momentos el partido que Estudiantes y Peñarol sostuvieron anoche en el barrio de Bañados de Carrasco, de Montevideo. El Pincha sacó dos goles de ventaja a los 6 minutos con gritos de Mauro Boselli y Mateo Pellegrino; el Carbonero empató a los 19 tras sucesivas anotaciones de Rubén Darío Bentancourt y Kevin Méndez. Pero el ida y vuelta permanente estuvo cargado de jugadas con olor a gol.

Leonardo Godoy, al tratar de cerrar en oportunidad de un centro cruzado desde la derecha, puso en ventaja al conjunto uruguayo a los 33 minutos, y el propio lateral derecho, que había servido la apertura con una gran corrida por la derecha, no pudo tomarse revancha del gol en contra porque el palo interrumpió la trayectoria de la pelota que conectó tras un centro levantado desde la derecha, y antes de completarse el intenso primer tiempo hubo dos goles anulados por Gustavo Tejera, árbitro de categoría internacional.

La primera de esas situaciones que terminaron con la pelota en la red, aunque volvieron a fojas cero por decisión del juez central, tuvo como protagonista a Emmanuel Mas, de zurda, adelante del arco, quien no pudo completar su festejo porque en la previa Mateo Pellegrino cargó sobre un marcador al bajar la pelota de cabeza; mientras que la segunda dejó con las ganas a José Sosa, quien había recibido en la puerta del área en posición adelantada.

Sin alcanzar el mismo grado de intensidad que el primer tiempo, la etapa complementaria tuvo lo suyo, y a poco de comenzada, un zurdazo de Benjamín Rollheiser hizo soñar a los albirrojos con un empate que en definitiva el travesaño le negó al volante surgido en River, en el marco de un juego con resultado abierto hasta el final.