El topógrafo de las bufandas Yves Saint Laurent y las gafas

Edición Impresa

El capo de la mafia siciliana Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro, era el hombre más buscado de Italia, pero en realidad hacía una vida “prácticamente normal” no muy lejos de su pueblo natal. Muestra de esa cotidianidad son los enseres encontrados en su vivienda: ropa de marca, colonias o preservativos, elementos valiosos para revelar ahora la red que lo encubrió.

Su escondite el último año fue una casa en la entrada de la ciudad siciliana de Campobello di Mazara, precisamente a menos de diez kilómetros de su pueblo natal, Castelvetrano.

Era su zona de confianza, en la que, al contrario de lo que se pudiera pensar, llevaba una vida bastante normal a pesar de ser el criminal más buscado de Italia desde 1993, cuando desapareció hasta el lunes tras regar de sangre, terror y explosivos medio país.

“UNO MÁS”

Messina Denaro utilizaba el nombre de Andrea Bonafede -el del nieto de un histórico colaborador- y en su carné de identidad se indicaba ese nombre, la edad de 59 años y la profesión de topógrafo.

En Campobello di Mazara, de unos 12.000 habitantes, algunos de sus vecinos aseguraban a los medios que solían verlo en el bar, en la pizzería o en el supermercado, como uno más.

En la residencia aparecieron trajes de lujo, un frigorífico lleno de comida, numerosas zapatillas deportivas de marca, perfumes y gafas de sol, las que siempre usó para disimular su estrabismo.

En un plano más íntimo, en el escondite de Messina Denaro también había preservativos y medicamentos para la estimulación sexual como Viagra, lo que permite comprender que por su casa pasaban amantes.

El criminal no estaba confinado en casa sino que fue capturado cuando entraba en una clínica de la capital siciliana Palermo, “La Maddalena”, para someterse a una serie de controles médicos por el cáncer de colon con metástasis que ha sufrido en el último año.

El diario La Repubblica publicó una entrevista a un enfermero de la clínica que, bajo anonimato, aseguró que su ropa y su aspecto “siempre eran buenos” y solía llevar una bufanda de la firma Yves Saint Laurent.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE