Edadismo, otra de las tantas prácticas discriminatorias

Edición Impresa

Silvia Gascón

Directora de la Maestría en Gerontología de la Universidad ISalud

No permitir el ingreso a una persona en un lugar de actividad pública y restringiéndole el acceso en función de la edad, es un claro acto de discriminación.

Las personas mayores sufren discriminación no sólo explícitamente sino también de manera implícita, como, por ejemplo, cuando tienen que bajar 20 escalones para ir a un baño o cuando los asientos de un lugar son muy altos. Es decir, las formas de discriminación son múltiples.

Estas prácticas discriminatorias ocurren por género, raza, edad, religión, situación socio económica. Y tenemos que aspirar a ciudades inclusivas, que nos cuiden, que aumenten el grado de amigabilidad y solidaridad entre la gente.

Cuando la acción se hace en función de un solo atributo, como en este caso que es la edad, ahí es donde hablamos de discriminación.

Pero, en rigor, el `edadismo´ también se da contra los jóvenes. A alguien le pueden decir `usted es muy grande para este trabajo, pero también le pueden decir `usted es muy joven para este trabajo.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE