Locura en 26 y 60: tocó “ráfaga”, pero de disparos

Una locura y un milagro. Así de rara y ambivalente fue la mañana de ayer en la esquina de las calles 26 y 60, donde funciona un conocido local gastronómico de la Ciudad, que también cuenta con un espacio para la presentación de bandas, la música y mucho baile.

Sin embargo, en ese lugar, muy cerca del cierre, alrededor de las seis, la jornada dejó un saldo aterrador: un cliente de 27 años sintió calor en una de sus piernas y enseguida se dio cuenta de que le habían disparado. Igual no supo decir quién había sido, cómo y por qué.

De casualidad, la bala le pegó en la ingle de la pierna derecha y su estado de salud nunca estuvo en riesgo. Pero fue por pocos centímetros, que no estamos hablando de una nueva tragedia en La Plata.

Por estas horas, personal de la comisaría quinta y, varios equipos técnicos de la DDI, trabajan en la búsqueda de datos sobre los agresores, que se presume gatillaron desde el exterior del boliche y habrían escapado en moto. Igual, no se descartan hipótesis (ver aparte).

Respecto del móvil de la balacera, la principal sensación apunta a un incidente que pudo haberse registrado en el interior del local, aunque no trascendieron otros detalles.

La fiscal Ana María Medina, a cargo de la investigación, ya instruyó a los detectives para que intensifiquen la recepción de declaraciones testimoniales y, busquen en las cámaras de seguridad del barrio, cualquier posible pista sobre los autores del atentado.

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En ese rastrillaje por respuestas a tantos interrogantes, quienes deberán testificar son los responsables del comercio. Además deberán entregar todas las grabaciones internas, que serán analizadas para detectar posibles focos de conflicto y sus protagonistas, ya que quieren saber si la víctima pudo tener relación con algún enfrentamiento o si resultó lesionada de manera circunstancial.

Apenas ingresó personal policial al local, se supo que se decidió el cierre de todas las puertas para la correcta identificación de quienes aún estaban dentro del salón.

En ese sentido, un vocero calificado indicó que se contabilizaron unas 24 personas, entre clientes habituales y empleados, de quienes se tomaron datos filiatorios.

También, según agregó la misma fuente, se ordenó que se resguarde la escena para los peritajes de rigor.

Al parecer, los trabajos en el lugar detectaron tres orificios sobre una barra de madera.

¿ALGUIEN ENTRÓ ARMADO?

Como se dijo, no se descartan hipótesis y una de ellas es que él o los atacantes hayan estado dentro del boliche y que la agresión se haya registrado en el propio interior del local. Una situación, que de solo pensarlo, provoca escalofrío, ya que pone en tela de juicio los controles en el acceso a la noche platense, donde jamás se realizan cacheos entre los clientes o un escaneo para determinar la existencia de materiales peligrosos entre sus prendas de vestir. Como sí sucede en los aeropuertos u otro tipo de eventos masivos.

Claro que la respuesta podría ser obvia. No hay antecedentes que avalen ese tipo de prácticas.

En la Ciudad, se puede decir, no existirían registros de agresiones armadas dentro de locales de esparcimiento. Sí peleas. Y de todo tipo. Pero disparos, nunca.

A medio de tantas dudas, la tarea de los expertos en balística podrá determinar, con exactitud, la trayectoria de las detonaciones y la distancia de ejecución.

Si tiraron desde afuera, por qué no rompieron vidrios o puertas, algo que no se mencionó en el reporte oficial. Y si la balacera fue en el interior del salón, ya estaríamos hablando de un incidente de ribetes mayúsculos.

La Justicia y la Policía tienen ahora la palabra.