Nadie se quiere perder la final en el Maracaná

La Conmebol confirmó que Boca y Fluminense se enfrentarán en la final de la Copa Libertadores 2023 el sábado 4 de noviembre a las 17:00, en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.

A propósito de las localidades, el organismo que rige el fútbol sudamericano adelantó que ya se agotaron las correspondientes a sectores destinados al público en general, entendiéndose por esto “imparciales”.

De todos modos, a través de las redes sociales se pudo confirmar que esta ventana fue aprovechada por fanáticos de Boca, quienes con los tickets adquiridos podrán ocupar un lugar en las tribunas laterales, junto a hinchas de Fluminense y otros.

Ellos se sumarán a los 20.000 que tendrán la posibilidad de adquirir las entradas que el club pondrá a la venta la semana previa al partido para instalarse en una de las cabeceras del estadio que va a quedar chico, porque se calcula que serán más de 50.000 los hinchas de Boca que se trasladará a Brasil, con o sin lugar en la cancha.

La Conmebol anunció que los tickets categoría 1 y 2, que se lanzaron a la venta el 12 de septiembre, a un valor de entre 150 y 250 dólares, y son para el “público general”, ya se encuentran agotados, pero sin embargo todavía queda un importante número de entradas correspondientes a la categoría 3, que aún no salieron a la venta, porque son exclusivas para los clubes finalistas.

En principio, de acuerdo a fuentes, a Boca y Fluminense les corresponderán 20.000 tickets a cada uno, que repartirán entre sus socios socios en el marco de un especial proceso logístico, quienes ocuparán ambas cabeceras del Maracaná, separadas por los laterales a disposición del “público general”, en los que abundarán seguidores de los equipos finalistas.

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Ni bien Guillermo “Pol” Fernández selló la clasificación frente a Palmeiras, los hinchas boquenses empezaron a comunicarse para asegurarse pasajes a Río de Janeiro para la final, y los sitios correspondientes siguen colapsados, cada vez con mayores inconvenientes, por vuelos y alojamientos que llevaron a evaluar variantes como las de llegar desde Santiago de Chile y Montevideo.

Para terminar de complicar el cuadro de situación, un día después de la final de la Copa Libertadores habrá carrera de Fórmula 1 en San Pablo, ciudad que en teoría podía ser utilizada como base para después trasladarse hasta Río de Janeiro.