Salen a la luz los cuentos que Miguel Hernández le escribió a su hijo
Edición Impresa | 15 de Octubre de 2023 | 04:42

“El potro oscuro”, “El conejillo”, “Un hogar en el árbol” y “La gatita Mancha” son los cuatro relatos que el poeta Miguel Hernández escribió en trece hojillas de papel higiénico a su hijo desde la cárcel, donde fue recluido tras la Guerra Civil, historias sencillas, en las que la Biblioteca Nacional (BNE) pone el foco para alumbrar una exposición “emotiva” y “evocadora”.
Miguel Hernández luchó activamente durante la Guerra Civil española
Esas hojas, escritas a lápiz y cosidas con un hilo de color ocre en la parte superior y con unas medidas de 12x19 centímetros son el origen de la muestra “Miguel Hernández: el poeta que hacía juguetes. Ausencias y últimos cuentos para su hijo” que pueden verse en la Biblioteca Nacional Española (BNE) hasta el siete de enero de 2024.
“Estos cuentos son seguramente los últimos textos que escribió el poeta en el Reformatorio de Adultos de Alicante en 1941”, explicó en rueda de prensa el comisario de la muestra José Carlos Rovira.
“Cuentos que son cuatro metáforas de libertad con personajes de animales principalmente”, dijo el comisario, quien explicó que dos de esos relatos fueron transformados “en dos bellos cuentos ilustrados por Eusebio Oca, compañero de prisión del poeta y están dedicados: “Dos cuentos para Manolillo (para cuando sepa leer)”.
¿Cómo han llegado esas hojas de papel higiénico a la BNE? En sus últimos días de vida, cuando Hernández estaba ingresado con tuberculosis en la enfermería de la cárcel y ya no escribía reparó con la ayuda de Eusebio Oca un libro ilustrado de cuentos para su hijo, contó Rovira.
AGRADECIMIENTO
En agradecimiento, el poeta entregó a Oca aquel humilde conjunto de hojas, quien por miedo a sufrir represalias guardó en secreto ese tesoro manuscrito, que luego su hijo, Julio Oca, mostró y entregó a la BNE”, contó el comisario de la exposición.
Este documento y otros materiales como el manuscrito del “Cancionero y romancero de ausencias”, o las cartas a su esposa, Josefina Manresa, en las que el poeta cuenta que fabrica juguetes para su hijo, dan forma a una exposición que “baila entre el juego y la trascendencia poética”, añadió Rovira que calificó esta muestra como “emotiva y evocadora”.
Miguel Hernández, gran amigo de poetas como Pablo Neruda o Vicente Aleixandre, luchó activamente durante la Guerra Civil española (1936-1939) en defensa del gobierno de la II República, fue detenido al terminar la contienda y murió en la cárcel en 1942 a los 29 años. Es conocido como el “poeta soldado” o el “poeta del pueblo”.
OBSESIONES
El poeta, en sus cartas de este período, tiene dos obsesiones: “el reencuentro con su mujer y poder ver a su hijo Manolillo, al que lleva año y medio sin haber podido abrazar a causa de su periplo por varias cárceles de España”, contó hoy Rovira.
En esa correspondencia que el poeta mantiene con su mujer, le cuenta sus vivencias y le anuncia los sucesivos envíos de juguetes para su hijo como un perro, un caballo o un carro.
“Estos cuentos son seguramente los últimos textos que escribió el poeta en el Reformatorio”
“Hoy he acabado el carro y el caballo: un juguete muy bonito para mi Manolillo. ¿Y tú, qué dices, hijo? Me dirás si te gusta ese caballo, y eso que te digo para tu cumpleaños. Pero te gustará muchísimo más el carro con el caballo de serrín que voy a enviarte dentro de poco, si no se pierde en el camino, como el perro”, le escribía Hernández a su mujer desde la prisión el 1 de enero de 1940. (EFE)
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