El amor en tiempos tiranos

Edición Impresa

Por TAMARA SPARTI (*)

tamarasparti@gmail.com

Hombres y mujeres de entre 50 y 60 años se encuentran en una situación inédita respecto al amor y a la sexualidad.

En primer lugar, el clima de época, exige un alto rendimiento en todos los órdenes de la vida y continúa sosteniendo el ideal de la juventud eterna.

La ancianidad y la soledad tienen mala prensa y existe a la vez un imperativo de felicidad.

En este contexto, y ligado a él, puede aparecer (más explico o más velado), el deseo. El deseo de pareja, de sexo, de compañía (cada vez existen mayor cantidad de opciones, lo que complica aún más las cosas).

Con mucha frecuencia, una de las posibilidades de procurarse un encuentro, es la virtualidad, a través de las redes sociales o de las aplicaciones de citas. Esta modalidad, relativamente nueva para esta generación, por un lado constituye una oportunidad para la coincidencia, pero por otro, encierra la trampa de poder perpetuarse, postergando indefinidamente el contacto real.

Los usuarios de estas aplicaciones se quejan de continuar en soledad y de no alcanzar sus propósitos. De sus relatos, surge la idea de que hay cierta desorientación.

No se sabe qué hacer, cómo hacerlo, qué decir. Esta desorientación, junto con los ideales que mencionabamos al principio, lleva en general a la sustracción, a retirar el cuerpo de la escena del encuentro y entonces, todo se diluye.

Pero el deseo insiste, aún frente al miedo, la inhibición o la frustración, insiste.

Hombres y mujeres movilizados y deseantes. Un deseo que no se da por vencido, que continúa pidiendo respuesta.

En tiempos de ideales inalcanzables, de exigencias estéticas que enloquecen hasta la muerte, de vínculos efímeros y superficiales, de devaluación de la palabra, la gran apuesta es a hacer lugar a ese deseo desobediente, inclaudicable. Lanzarse sin garantías: lo único posible es lo impredecible.

No hay nada más vital que asumir ese riesgo.

 

(*) Licenciada y Profesora en Psicología (MP 51.770). Orientación a padres, madres y grupos de crianza.

 

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