Madrugada de terror en una vivienda de 33 y 120
Edición Impresa | 6 de Octubre de 2023 | 01:16

Una mujer de 66 años y su madre, de 92, padecieron en su casa de Barrio Hipódromo la situación más temida y difícil de afrontar en un hecho de inseguridad: las despertaron de madrugada para asaltarlas.
Fue el comienzo de un ataque a mano armada, que iba a prolongarse por algo más de una hora, en la vivienda que ambas comparten sobre la calle 33 entre 120 y Diagonal 74.
En la tarde de ayer, la menor de las víctimas, Patricia (66), aceptó relatar ante EL DIA, el traumático episodio que afrontó junto a su madre.
“TEMBLABA DE LOS NERVIOS”
“Me prendieron la luz de mi dormitorio a las cuatro de la mañana. Imagínese lo que significa despertarse y encontrarse con extraños. Temblaba de los nervios cuando comenzaron a exigirme que les diera el dinero de la casa. Pero también por pensar lo que iba a representar la situación para mi mamá”, expresó Patricia con gestos que aún evidenciaban que en su cabeza se estaba recreando el angustiante momento que había sufrido.
Cuando se le preguntó cuántos eran los delincuentes, precisó que “eran dos, estaban encapuchados y tenían un arma de fuego. Si bien apenas se les veían los ojos, por sus siluetas parecían tener entre 25 y 30 años”.
No pasó por alto, además, mencionar que “se comunicaban por handy con al menos un cómplice que los esperaba afuera, seguramente en algún vehículo”.
Luego citó que “se la agarraron básicamente conmigo, al punto que me reclamaban que les dijera dónde guardábamos la plata”.
Para inducirla a que revelara ese sensible dato, “me ataron las manos con sábanas, me apuntaban con el arma de fuego y hasta me hicieron fogonazos con una picana”.
“LE ARRANCARON EL ANILLO”
Con todo, lo que a esta vecina de Barrio Hipódromo más desvelaba y angustiaba era lo que ocurría en el cuarto de su madre.
“Lo que pasa es que los delincuentes se quedaron cada uno cuidándonos por separado en nuestras habitaciones. Y no sabía lo que pasaba al otro lado con ella”, reflejó Patricia.
Para colmo, reveló que “me puse todavía peor cuando la escuché gritar fuerte de dolor. Era porque el ladrón que estaba con ella le quería robar el anillo de la alianza. Y como lo tiene en el dedo desde hace muchísimos años, no le salía fácil”.
Esa circunstancia enojó al delincuente, que entonces decidió sacárselo a como diera lugar. Terminó haciéndolo sin piedad alguna: “Le arrancó prácticamente el anillo del dedo, que le quedó negro por el hematoma que le provocó el tirón”.
De todas maneras, la mujer rescató que “al menos no la ataron como a mí ni la golpearon. Yo recibí un par de coscorrones en la cabeza, porque me pedía (el ladrón) saber dónde había dinero”.
Temiendo que ella y su madre todavía tuvieran que soportar peores consecuencias, finalmente brindó esa información.
“Igual se fueron con poco dinero, pero además robaron algunos electrodomésticos como televisores y un microondas, algunos productos alimenticios y mi auto, un Chevrolet Spark blanco, modelo 2017, que aún no apareció”.
Patricia reveló a su vez que durante el atraco los intrusos “bebieron jugo y hasta fumaron”. Aunque en el único momento de empatía con las víctimas “nos dieron un vaso con agua”.
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