Un día entre urnas: pequeñas historias de los platenses que tiñeron de color al balotaje

Una nueva jornada electoral, la tercera del año, se llevó a cabo con normalidad en la Ciudad el día de ayer y como en cada comicio miles de personas confluyeron en las escuelas de la región en donde con sus historias personales, particularidades y afinidades políticas compartieron el domingo de sol.

EL DIA salió en búsqueda de estas historias para conocer mejor a los vecinos y saber que piensan, por qué votan y que significa una jornada como esta en sus vidas.

SUSANA Y LUIS

Agarrados del brazo un matrimonio cruzaron el hall de la escuela industrial de 7 y 526. Susana (77) y Luis (79) llevan toda su vida juntos, son tantos los años que compartieron que hasta incluso perdieron la cuenta. “Hace más de 60 que estamos en pareja”, dijo Luis pero de inmediato su esposa lo corrigió, “no son tantos” lo contradijo pero de todos modos ella tampoco pudo confirmar cuantos eran.

“Yo vengo a votar siempre, toda la vida, porque tengo responsabilidad cívica, tengo hijos, tengo nietos y quiero que vivamos en un país mejor”, manifestó Susana y agregó que la “gente que no vota tiene una indiferencia que no entiendo”. Pero para su sorpresa, o no tanto, su marido saltó: “Yo estoy entre los indiferentes, estoy cansado de votar, vote a uno, vote a otro y son todos iguales. Voy a cumplir 80 años y toda la vida fue igual. Fracaso tras fracaso”.

“Nunca falto, siempre vengo a votar. Lo siento como un compromiso argentino”

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“Uh bueno no, no fue toda la vida igual, hubo una época en la que vivíamos muy bien”, le contestó Susana y reconoció “siempre discutimos de política, después en el resto de las cosas podemos dialogar”. En esta última afirmación si se pusieron de acuerdo los dos, pero vale aclarar que más allá de la discusión en ningún momento se apartaron uno del lado del otro y se mantuvieron agarrados del brazo los dos. Así se despidieron y partieron rumbo a su hogar demostrando que no hay diferencia que los pueda separar.

NORMA Y LISANDRO

Las postales de los abuelos votando siempre emocionan y llaman la atención de los presentes. En esta ocasión tenía un plus porque la señora de casi 90 años llegó al colegio Santa Lucía de Tolosa acompañada por su nieto que con paciencia y cariño la llevó hasta su mesa.

“Nunca faltó, siempre vengo a votar. Lo siento como un compromiso argentino”, manifestó Norma la vecina de 87 años que entró a la escuela del brazo de su nieto Lisandro (22).

“Cada cual tiene su opinión, yo opino que somos ciudadanos de este país y como tal tenemos que venir a votar”, expresó sin vueltas cuando se le preguntó por la gente que decide no participar de las elecciones ante la atenta mirada del joven que la acompañaba.

Por su parte Lisandro, que a pesar de su juventud ya cuenta con un par de comicios en su haber, expresó: “Siempre acompaño a la abuela, la apoyo, la traigo y la ayudo para que pueda cumplir con esto que tanto le importa”.

Por supuesto que para ellos el día no terminaba ahí, en la escuela de calle 5 entre 522 y 523, sino que tenían más planes juntos por delante. “Ahora se viene a comer a casa con la novia, hacemos trato el me trae y después comemos”, sostuvo al respecto entre risas Norma y emprendió marcha rumbo a su mesa apoyada en su nieto y en su bastón.

DE DESCONOCIDAS A AMIGAS

En la puerta de una escuela dos señoras mayores se cruzaron. Una salía la otra entraba y a pesar de no conocerse pararon unos minutos a hablar. Es que las unía su edad, ser parte de una generación que supo lo que es pasar muchos años sin votar y que por lo tanto no piensan renunciar a este derecho.

Una tenía 85 años y la otra 83. “Que bien que estamos, parecemos una más joven que la otra”, bromeó la mayor de las quien sin rodeos exclamó: “Yo me siento muy bien, más joven que nunca”.

De las bromas y los saludos amenos pasaron rápidamente a un intenso análisis con una sabiduría que solo puede dar la experiencia de quienes peinan canas hace tiempo.

“Yo creo que todo el país tendría que votar. Todos aquellos que ya pasaron los 18 tiene que hacerlo sin excepción. No entiendo por qué dudan o no vienen”, manifestó una de ellas a lo que la otra respondió: “Lo que pasa es que a nosotras nos instruyeron nuestros padres de otra manera. Con un compromiso que tal vez ahora no hay”.

“Tal cual yo creo que se tienen que inculcar los principios, no importa a quien vas a votar, la cuestión es que vos sigas tus ideas y tus principios y que participes”, aseveró la mujer de 85 años.

LOS JÓVENES TAMBIÉN DIJERON PRESENTE

Otros de los grupos que suele llamar la atención y que son celebrados con aplausos cuando depositan su sobre en la urna son los primeros votantes. Pero en esta ocasión aún aquellos adolescentes de 16 años ya contaban con una basta experiencia previa en el mundo electoral, o al menos así lo sentían.

Una de ellas fue Valentina, que a pesar de tener 17 años recién cumplidos ya se autopercibía como toda una experta. “Es mi tercera vez en un año, ya no tengo nervios ni nada”, dijo mientras aguardaba su turno para sufragar. “Al principio si, me acuerdo que en las PASO tenía una sensación rara, me daba mucha curiosidad como era el cuarto oscuro por ejemplo, pero ahora ya está, con todas las instancias que hubo este año aprendí todo”, destacó la adolescente.

Estas son algunas de las historias con la que cerró un movido año electoral en La Plata en la que en distintas oportunidades los vecinos con mayor o menor ganas se acercaron a hacer valer su derecho y definir el rumbo del país.