El helado de temporada: el consumo, sin miedo al precio
Edición Impresa | 29 de Noviembre de 2023 | 02:23

El helado es una de las grandes debilidades de los argentinos y con las altas temperaturas, crece su consumo, aunque es uno de los postres que se come durante todo el año. Si bien no hay datos oficiales, en el sector se reconoce que en La Plata no hay barrio en el que no se haya abierto una heladería. En relación a los precios, el kilo arranca en los $3.000. Aunque hay locales que duplican y otros que van un poco mas allá de ese valor, hasta superar los $7.000.
Como en todos los rubros, en las heladerías artesanales señalan que la materia prima no para de aumentar y que mantener precios accesibles los obliga a renunciar a un importante margen de ganancias.
No obstante, se reconoce que por suerte hay muchas ventas en estos días, ya sea para llevar o para consumir en las heladerías.
Luis, al frente de una tradicional heladería de avenida 19 al 1.200 indica que hay un buen nivel de ventas, pero también una gran incertidumbre, al punto que muchos proveedores son reticentes con la entrega de mercadería.
Uno de los insumos que se hace complicado conseguir es el cacao porque los distribuidores “no quieren perder” y su precio está atado al dólar.
Como se recordará, durante el año las restricciones a la importaciones también comenzaron a afectar insumos utilizados en la elaboración de helados, como por ejemplo, el pistacho.
Tan intenso fue el problema que una heladería decidió empezar a vender el sabor pistacho con un límite máximo por persona por el faltante de esa materia prima importada.
Luego, el ingenio ayudó: con el correr de las semanas se suplantó por productos de cosecha proveniente de la provincia de San Juan.
Si bien todo está complicado, la gente sigue yendo a las heladerías. “Hay mucho consumo, pero reduje la ganancia para mantener un precio competitivo; hace 40 años que estoy en el rubro y me conformo con que cierren las cuentas, ya no aspiro a ahorrar o viajar”, apunta un comerciante del área céntrica.
En ese local se indica que entre 2005 y 2015 el kilo de helado se vendía a un precio equivalente a los 10 dólares, cifra que se “derritió” hasta alcanzar el valor actual. En ese comercio ronda los 3 dólares.
“Los lácteos, base para la elaboración de los helados, aumentan todas las semanas; yo aguanto unas tres o cuatro subas, pero después lo tengo que trasladar al precio. A veces, siento que regalo mi trabajo para mantener la estructura”, concluye.
En ese comercio el gusto que más sale es el granizado, pero también se destacan los sabores menta y dulce de leche con trozos sólidos de ese postre.
El kilo cuesta $3.200; el medio kilo, $1.600; el cuarto, $800; el vaso pequeño, $350 y los que le siguen, $400 y $450; el cucurucho está a $700.
En una concurrida heladería cercana a plaza Malvinas el kilo de helado está de viernes a domingo $ 4.800; el resto de la semana se promociona a unos $ 3.000; el medio kilo sale $ 2.600 y a $1.600 el cuarto kilo.
A pocas cuadras de ese lugar, en otra heladería artesanal, el kilo ronda los $9.000, pero se promociona a $7.400; el medio kilo se vende a $4.450 y el cuarto a $ 2.670.
En esa firma se indica que las recetas son parte de una tradición familiar. El helado se elabora con productos naturales, sin conservantes, sin colorantes ni aditivos artificiales.
Además, el laboratorio de producción está a la vista en la casa matriz.
También entre los más caros se encuentran los de una cadena de heladerías con sucursal en un complejo gastronómico cercano a Plaza San Martín. El kilo se vende a $7.500; el medio a $4.600 y el cuarto a $2.600.
Está la alternativa de comprar helados libre de gluten, el pote de unos 200 gramos sale $2.700.
También se venden palitos de fruta a $1.800; los de crema a $1.900 y los “Luxury” a $ 2.100.
Como se notará, además de las innovaciones con respecto a la variedad de sabores y calidades, hay una importante gama de precios lo que hace que el helado sea un postre que se adapta a todos los presupuestos.
El origen
Según distintas investigaciones, los orígenes del helado se remontan al siglo II a. C., aunque no se ha atribuido de manera indiscutible su descubrimiento a ninguna fecha de origen específica ni a ningún inventor.
Al parecer Alejandro Magno fue uno de los primeros en probarlo, ya que disfrutaba de la nieve y el hielo aromatizados con miel y néctar.
Pero también hay referencias bíblicas que muestran que al rey Salomón le gustaban las bebidas heladas durante la cosecha.
Durante el Imperio Romano, Nerón Claudio César (54-86 d.C.) con frecuencia enviaba corredores a las montañas en busca de nieve, que luego se condimentaba con frutas y jugos.
Más de mil años después, Marco Polo regresó a Italia desde el Lejano Oriente con una receta que se parecía mucho a lo que hoy se llama sorbete.
Los historiadores estiman que esta receta evolucionó hasta convertirse en helado en algún momento del siglo XVI.
Inglaterra parece haber descubierto el helado al mismo tiempo, o quizás incluso antes que los italianos. “Cream Ice”, como se le llamaba, apareció regularmente en la mesa de Carlos I durante el siglo XVII.
En las heladerías afirman que hay complicaciones con insumos importados como el cacao
En tanto Francia conoció postres helados similares en 1553 gracias a la italiana Catalina de Medici, cuando se convirtió en la esposa de Enrique II de Francia.
No fue hasta 1660 que el helado estuvo disponible para el público en general.
El siciliano Procopio presentó una receta que mezclaba leche, nata, mantequilla y huevos en el Café Procope , el primer café de París.
El helado llegó a la Argentina en 1902. El helado artesanal argentino es reconocido por su calidad.
En Europa no se consigue
Según un informe de la Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA), el 82 por ciento de los consumidores lo considera mejor o igual al que han probado en otros países y más de la mitad (60 por ciento) considera que representa a la gastronomía argentina en el mundo tanto como el asado y el vino.
Se cree que Argentina tiene uno de los mejores helados artesanales del mundo y que una de las razones es la cantidad de emprendimientos que hay en ese rubro en todos los rincones del país. La creatividad también se refleja en las competencias internacionales donde los equipos alcanzan importantes instancias.
En ese sentido se estima que la elaboración e industria del helado puede ser un importante factor en el desarrollo gastronómico argentino, un arte con matices propios.
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