Canciller croata quiso a la fuerza besar a una colega

El ministro tuvo que pedir disculpas por intentar besar “a lo Rubiales” a su homóloga alemana en una reunión en Berlín

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ZAGREB

El ministro de Exteriores croata, Gordan Grlic-Radma, pidió disculpas por intentar besar a su homóloga alemana, Annalena Baerbock, en un gesto que en su país han comparado con el beso no consentido que el expresidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales dio a la futbolista Jenni Hermoso.

El incidente se produjo el jueves pasado durante la foto de familia que se tomaron los ministros de Asuntos Exteriores de la UE y de países candidatos reunidos en Berlín.

En el video, que se ha vuelto viral, se ve cómo el ministro conservador croata primero da la mano a Baerbock y luego intenta besarla, mientras ella retira la cara con expresión contrariada.

Grlic-Radman intentó el viernes justificar lo ocurrido y dijo que se trató simplemente de un gesto de amistad, aunque reconoció que fue “torpe” y pidió disculpas.

Mirna Zidaric, una periodista deportiva de la televisión pública croata HRT, ha comparado ese intento de besar a la ministra con el beso que Rubiales dio en la boca a la futbolista Jenni Hermoso. “Asqueroso, repugnante e inadmisible. Espero que tenga el mismo destino que Rubiales”, escribió Zidaric por Instagram.

Rubiales, que presentó su dimisión, ha sido inhabilitado por la FIFA durante tres años, y la Fiscalía ha abierto diligencias contra él por un supuesto delito de agresión sexual. “Besar a las mujeres a la fuerza es un acto de violencia, ¿o no?, comentó por la red social X, antes Twitter, Jadranka Kosor, ex primera ministra conservadora de Croacia. Baerbock fue una de las personalidades públicas que mostró su apoyo a Hermoso.

EL CASO RUBIALES

Rubiales, de 46 años, fue el centro de una polémica internacional cuando el 20 de agosto, tras la victoria de España en el Mundial de Australia, besó en la boca a la delantera Jenni Hermoso durante la entrega de medallas del torneo.

Las imágenes de su acción dieron la vuelta al mundo junto a las de sus gestos en el palco del estadio de Sydney agarrándose los genitales, a pocos metros de la reina Letizia y la infanta Sofía.

El entonces presidente federativo rechazó, en un primer momento, dimitir por su beso a Hermoso que calificó de “consentido”.

La versión de Rubiales fue desmentida por Hermoso, que en un comunicado afirmaba que “me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte”. En los días siguientes, la presión sobre Rubiales fue creciendo desde el gobierno, la justicia y el propio mundo del fútbol hasta que el 10 de septiembre presentó su dimisión alegando una “campaña desproporcionada” en su contra y el deseo de no perjudicar la candidatura al Mundial de 2030.

 

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