Llegó a su casa a cenar y solo probó la inseguridad

El hecho ocurrió en una casa de 39 entre 1 y 115, donde la víctima fue atada a una silla. Le sacaron U$S 700, $15 mil y objetos de valor

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El asalto que en la noche del martes sufrió un jubilado de 78 años en el Barrio Hipódromo, no fue al voleo.

Es que según lo relatado ayer por Oscar, el damnificado, que aceptó contar lo ocurrido en su casa de 39 entre 1 y 115, los dos delincuentes que se metieron en la propiedad, “me estaban esperando, evidentemente sabían mis movimientos”.

“Llegué a las 9 de la noche con mi camioneta y enseguida una vecina que guarda su auto en mi garaje (descubierto), lo entró y se fue. Entonces ingresé mi vehículo y, antes que pudiera cerrar el portón, en medio de la oscuridad, salió del fondo del garaje un ladrón de algo más de 30 años”, recordó.

“PERDISTE, PERDISTE”

Enseguida indicó que ese sujeto “estaba a cara descubierta y se me tiró encima, haciéndome caer al piso. Con un revólver en mano me apuntó y me dijo `perdiste, perdiste´. Luego llamó a los gritos al cómplice, que esperaba afuera”.

Oscar citó sobre este segundo asaltante, que también estaba a cara descubierta, “era de edad similar al que me redujo, aunque no mostró estar armado”.

La tenebrosa secuencia para el jubilado siguió con una técnica para dejarlo fuera de acción, cuando lo ataron de manos con cinturones a una silla con rueditas.

“Me pasearon así por toda la casa, aunque primero me llevaron a mi habitación, donde revolvieron todo el placard y desparramaron ropa y otras cosas”, reflejó.

Ventiló inclusive que “con un martillito de madera, uno de ellos me pegaba en la cabeza, aunque despacito, para que les dijera dónde estaba el dinero”.

El delincuente que portaba el revólver, a decir del jubilado, que no pudo cenar como tenía previsto, era el que “llevaba la batuta del asalto” y quien, con mayor insistencia, “me pedía dólares y joyas”.

La tensión iba en aumento para Oscar, quien comprendió que “iba a ser peor” si no revelaba dónde ocultaba “un sobre que tenía con 700 dólares” .

Pero la exigencia de ambos asaltantes determinó que, además, Oscar tuviera que entregarles “15.000 pesos que tenía en el pantalón”.

Paralelamente, lo despojaron de “un televisor de 42 pulgadas, una cámara fotográfica, un celular y un reloj pulsera”.

“Hasta me robaron una valija llena de ropa, como camperas, pantalones, bermudas y remeras, algunas de las cuales se las probaron y seleccionaron las que más les gustaba”, reveló sin ocultar su fastidio. Precisó que los intrusos “se quedaron tres cuartos de hora acá” y aseguraban que “habían estado presos y que los buscaba la Policía”.

Asimismo, el jubilado comentó que una vez que los asaltantes escaparon “me pude de a poco desatar y avisar lo que me había pasado”. Su hijo, en tanto, anticipó que “la casa tiene alarma, pero estaba desactivada. Pondremos reflectores, cámaras y un perro guardián”.

 

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