Otro “no” en Chile: al cambio de la Constitución
Edición Impresa | 18 de Diciembre de 2023 | 01:31

SANTIAGO DE CHILE
Los chilenos volvieron a rechazar ayer cambiar de Constitución, de tendencia conservadora, con lo que se mantendrá vigente la Carta Magna de la dictadura de Augusto Pinochet.
Con más del 98 % de los votos escrutados, un 55,76 % votó en contra de la nueva propuesta, un texto que era más conservador en lo moral y en lo económico y que había cosechado fuertes críticas por el riesgo que suponía al limitar derechos ya conquistados, como los de las mujeres. El 44,24 % de los votantes la apoyó.
Javier Macaya, líder de la Unión Democrática Independiente, fue el primer representante de la derecha en reconocer que Chile no tendrá nueva Constitución y pidió al gobierno “que sea coherente” y que no vuelva a levantar el tema constitucional.
“Hay una tendencia clara respecto a la opción en contra y obviamente desde la UDI, como lo hemos hecho siempre, desde una perspectiva de coherencia y respeto a la democracia, reconocemos este resultado”, se pronunció el dirigente político.
MÁS ACUERDOS Y MENOS DISPUTAS
La vocera de la posición “En contra”, Carolina Leitao, también se pronunció antes de que concluyera el escrutinio y afirmó que el resultado es un gran remezón para la política.
“Queremos más acuerdos y menos disputas” señaló sobre el pronunciamiento a través de las urnas de la ciudadanía.
Aseguró que los chilenos quieren que todos los políticos se unan y trabajen por una agenda que ponga la prioridad en los temas que preocupan a la ciudadanía, en tener un país más solidario y seguro.
El texto fue elaborado por una constituyente con mayoría ultraconservadora después de que el año pasado los chilenos también rechazaran en las urnas, con el 62% de los votos, otra propuesta mucho más progresista redactada por distintos sectores de la izquierda y apoyada por el presidente Gabriel Boric.
El texto rechazado en el plebiscito había sido elaborado por una Constituyente ultraconservadora
Antes del plebiscito el mandatario había asegurado que, fuera cual fuera el resultado, el voto de ayer domingo cerraría un proceso constitucional que comenzó hace cuatro años. No habrá un tercer intento.
Las urnas cerraron a las seis de la tarde tras un llamado a votar a 15 millones de chilenos.
El ambiente electoral dejó una sensación de que no sólo se cerraban las más de 39.300 mesas de votación, sino el “proceso constituyente”, como dijo horas antes la vocera del gobierno, Camila Vallejo.
La jornada electoral se celebró en medio de un hastío generalizado de la ciudadanía y un año después de que los chilenos rechazaran con un 62% de los votos otro proyecto, entonces redactado por una constituyente con mayoría de izquierdas, que muchos calificaron como una de las iniciativas constitucionales más progresistas del mundo.
Por este motivo no dejaba de ser paradójico que fuera la izquierda y el oficialismo la que promoviera mantener vigente la Constitución legada por Pinochet (1973-1990), que ha sido reformada hasta en 70 ocasiones.
“Prefiero algo malo a algo pésimo”, dijo después de votar a primera hora la expresidenta Michelle Bachelet que hizo campaña por el “En Contra” y la defensa de los derechos de las mujeres.
En cambio, el también exmandatario Sebastián Piñera, el conservador en cuyo gobierno tuvo lugar el estallido social de 2019 que provocó el inicio de este proceso constitucional, pedía cerrar cuatro años de “sacrificios” e “incertidumbres” para tener “una Constitución aprobada en plena democracia, que nos dé la estabilidad, la unidad, la proyección que Chile necesita”.
El presidente Gabriel Boric al votar para el referendo / AFP
Boric votó desde su natal Magallanes, en la Patagonia chilena.
Hace cuatro años, miles de chilenos tomaron las calles para demandar mejores pensiones, salud, y educación y acabar con las desigualdades. Estas fueron unas protestas sin precedentes en la historia del país sudamericano considerado una de las democracias más estables de la región.
“Todo el proceso en sí ha sido una pérdida de recursos para el Estado... una burla”, lamentó Johanna Anríquez, una empleada estatal de 38 años, que votó en contra de la propuesta por considerarla “muy extremista”.
“Quedémosnos con lo que está y por favor, dedíquense a trabajar en la seguridad” que es lo que más preocupa a los ciudadanos, pidió a los políticos.
La nueva propuesta constitucional planteaba que Chile es un Estado social y democrático que “promueve el desarrollo progresivo de los derechos sociales” a través de instituciones públicas y privadas
Sus detractores afirmaron que, aunque haya libertad de elección en salud, educación o pensiones, sólo podrán elegir quienes tengan poder adquisitivo.
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