Ahora los tratamientos de diálisis están en riesgo por la falta de insumos

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Una lógica inquietud causan las voces de alerta alzadas por la Confederación de Asociaciones de Diálisis de la República Argentina (CARDA) que acaba de formular una denuncia acerca de las pocas reservas disponibles en el país de insumos importados indispensables para la preparación de los concentrados con los que se efectúan las sesiones de diálisis, como así también sobre la escasez de jeringas, catéteres y líquidos previsionales, en una situación que pone en riesgo la continuidad de las prestaciones.

El presidente de esa entidad explicó que de no regularizarse el abastecimiento de insumos importados, está en riesgo la prestación de diálisis a más de los 30 mil pacientes en todo el país. Incluso se indicó que el stock de insumos alcanzaría hasta fines de diciembre o principios de enero.

Lo cierto es que desde distintas especialidades del país se viene advirtiendo en los últimos meses sobre las restricciones que impiden o demoran la importación de insumos médicos, tal como lo denunciaron las entidades profesionales, especialistas y laboratorios de todo el país y de la Provincia, en una situación que, como ya se dijo, debiera originar una inmediata reacción oficial destinada a superar esta dura realidad que pone en riesgo la salud de la población.

En los últimos meses se plantearon sucesivos reclamos por la falta de insumos oncológicos, cardiológicos y de varias especialidades, así como advertencias por la falta de agujas, bisturíes, mallas, catéteres, sondas, jeringas, reactivos, cánulas -muchos de ellos que se fabricaban antes en nuestro país- y otros insumos de mayor complejidad correspondientes a diversas ramas médicas. La postergación de cirugías por estos faltantes en muchos hospitales ha pasado a ser algo común.

En las últimas semanas se sumó a las protestas la Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos a partir de los inconvenientes que sufre el sector para adquirir audífonos. Sus directivos señalaron que las trabas a la importación de elementos están afectando seriamente a la provisión de audífonos.

En el caso de los tratamientos de diálisis, en la actualidad hay unas 6 mil personas en listas de espera y otros tantos tienen problemas para conseguir repuestos o las pilas que utiliza el equipamiento médico, a la vez que bajan las reservas de concentrados esenciales para esa terapia, entre otros faltantes.

Está demás señalar que la falta de insumos, sobre todo en el sector de las enfermedades de mayor complejidad, puede aumentar la morbilidad o mortalidad de pacientes hospitalizados, además de generar serios trastornos, inclusive económicos, a quienes aguardan recibir atención médica y se encuentran ante la alternativa de que se reprogramen los turnos en diversas prestaciones médicas.

Si a este gravísimo cuadro se suman las dificultades que enfrentan los hospitales por problemas en los planteles médicos y de enfermeros, que se ven diezmados en muchas ocasiones por críticos problemas de índole laboral y salarial, parece llegada la hora de que se inicie cuanto antes una vigorosa política oficial destinada a superar estos problemas, que vienen causando una más que justificada alarma, y a devolverle al universo de la salud pública argentina la confiabilidad que supo tener durante tanto tiempo.

 

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